Por una vida sin coches
Medio centenar de personas han vuelto a un tiempo en el que la gran parte de la población se desplazaba en bicicleta y todo era más tranquilo
‘La Estación de Bicicletas’ ha sido la encargada de organizar la celebración del II Encuentro de Bicicletas Clásicas
La recreación de un velocípedo de 1880 ha sido la bicicleta más llamativa y diferente de cuantas se han podido contemplar
Una pequeña parte de Burgos ha respirado hoy un ambiente clásico en el que el decoro y los modales eran la base de una sociedad de los años 40 que se desplazaba en bicicleta. Cuantos miraban al medio centenar de participantes en el II Encuentro de Bicicletas Clásicas se quedaban prendados por unos vehículos marcados por su personalidad. Todo era muy años 40, bicicletas, vestimentas y modales.
Así se ha celebrado una cita que está de moda en muchas ciudades y que ha atraído a amantes de las bicicletas de provincias cercanas como Palencia o Valladolid. A las 11.30 horas se citaban los participantes del encuentro en los exteriores del Centro de Creación Musical El Hangar para poner rumbo a la Plaza del Rey San Fernando en un paseo sosegado por la ribera del Arlanzón. A mediodía, el vistoso pelotón se detenía a los pies de la Catedral para dejar una estampa única que muchos de los turistas que contemplaban la Seo burgalesa no han dudado en inmortalizar.
Después, el medio centenar de personas han disfrutado de un vermut, para posteriormente volver a El Hangar, donde comer y escuchar un concierto del grupo ‘Desvarietes’. De esta forma se ha puesto el broche a una segunda edición que si bien ha contado con menos participantes que la anterior, que se realizó dentro del programa de actividades del ‘TRIBU Festival’, goza de una buena salud en plena expansión del uso de bicicletas.
Velocípedo artesanal
De entre todas las bicicletas que se han podido disfrutar, quizá la más llamativa era un velocípedo artesanal inspirado en los de 1880. Este ejemplar ha sido realizado con piezas de bicicletas viejas que han dado forma, a base de ingenio, a un elegante velocípedo negro. Pero no ha sido la única bicicleta reseñable de una muestra en la que buena parte de ellas procedían de los años 50, explica Cruz Herrero, gerente de ‘La Estación de Bicicletas’. Y es que entre el medio centenar de ejemplares había una original de las que utilizó el ejército suizo y otra recreaba las que empleaba la Cruz Roja.
La restauración
Este evento es el resultado de un afición creciente que tiene como protagonista a la bicicleta en toda su extensión. Las antiguas reciben una nueva vida con los usuarios que disfrutan luciendo objetos ‘vintage’ y empresas como ‘La Estación de Bicicletas’ se encargan de restaurarlas. En ocasiones, son necesarias dos semanas para hacer una restauración completa, eso si tienes todos los recambios a mano, explica Herrero.
El valor sentimental de algunas bicicletas antiguas llevan a sus herederos a darlas una segunda vida. Esta nueva oportunidad tiene muchas variantes. Hay restauraciones que van de los 100 euros, hasta los mil, indica Herrero. Y es que las bicicletas pueden pasar por un proceso básico para volver a ser utilizadas con seguridad o por una restauración total que implique pintura y sustitución de piezas mecánicas por nuevas.
Imágenes realizadas por Josué Acosta