Los investigadores mantienen “buenas vibraciones” para la campaña en Atapuerca

Aunque los niveles en los que se trabaja no se prestan para “grandes descubrimientos”, los codirectores de Atapuerca aseguran tener “buenas vibraciones” este año

A medio plazo se espera llegar a los niveles más ricos, localizar restos de neandertales y cerrar toda la cronología de los yacimientos

La campaña estival de excavaciones en los yacimientos de la Sierra de Atapuerca ha arrancado con “buenas vibraciones”. Así al menos lo han asegurado hoy los codirectores del proyecto investigador, Eudald Carbonell y José María Bermúdez de Castro, que han dado cuenta de algunos de los grandes objetivos de la campaña que comenzó ayer aprovechando la firma del convenio entre FAE y la Fundación Atapuerca.

Bermúdez de Castro apela a la “paciencia” para seguir desentrañando los misterios de Atapuerca

Según ha manifestado Bermúdez de Castro, los más de 200 investigadores que se darán cita este verano ya asumen el proyecto como “algo propio”, lo que a la postre genera una “ilusión” enorme. A partir de esa “ilusión”, ha añadido el codirector, lo único que se puede hacer es seguir trabajando para intentar desentrañar alguno de los numerosos secretos que todavía guardan los yacimientos, un empeño para el que resulta fundamental la “paciencia”. “No se puede correr”, ha destacado.

En este sentido, la campaña de este año parte con muchas expectativas, pero también muchas incógnitas. Los niveles de los yacimientos en los que se trabaja actualmente no se prestan para grandes descubrimientos. No al menos de la entidad de muchos de los realizados en las últimas décadas, pero nunca se sabe. Lo que si se sabe es que cada vez se está más cerca de varios ‘puntos calientes’, como el nivel TD6 de la Gran Dolina, donde “seguro” que habrá “grandes descubrimientos”, dada la riqueza de fósiles que se sabe que existen. En principio, las excavaciones podrían llegar a ese punto en unos cinco años.

Neandertales

Asimismo, uno de los grandes objetivos a corto y medio plazo, al margen de abrir nuevos yacimientos aún sin explorar, pasa por intentar localizar fósiles de neandertales que permitan cerrar definitivamente la cronología de Atapuerca. Y es que, tal y como ha explicado Carbonell, los yacimientos presentan una cronología geológica, biológica y cultural que va desde los 1,8 millones de años hasta la época romana, convirtiendo a Atapuerca en un punto fundamental para el estudio de la evolución.