Los vecinos de El Crucero, hartos del movimiento okupa

Tras años denunciando esta situación, los vecinos han conseguido que los políticos y las fuerzas de seguridad busquen una solución al movimiento okupa

En el último año y medio se ha intensificado la ocupación de viviendas, llegando a afecta a más de una veintena

Desde el Consejo de Barrio tienen especial miedo por los ancianos y niños que pasean y juegan por las tranquilas calles del barrio, porque los okupas no respetan sus límitaciones

Los vecinos de El Crucero, hartos del movimiento okupa Una treintena de vecinos se ha reunido para conocer los últimos avances realizados por el Consejo de Barrio. IAC

Los vecinos de El Crucero han encontrado el amparo del Ayuntamiento, después de varios meses denunciando los constantes avances del movimiento okupa. Este fenómeno se intensificó en el barrio hace un año y medio y  en la actualidad afecta a más de un veintena de viviendas. No en vano, los vecinos expresan su preocupación y miedo por los nuevos inquilinos que están ocupando las diferentes zonas del barrio, ya no solo en lo relativo a viviendas vacías, sino que también a las que se emplean como segunda vivienda o se dejan durante un periodo sin actividad.

Una treintena de vecinos se han concentrado para conocer las últimas acciones emprendidas contra el movimiento okupa

Además, la inseguridad ciudadana, especialmente entre la población mayor e infantil, hace temer a los vecinos por un posible accidente, ya que, según relatan desde el Consejo de Barrio, los vehículos que conducen estas personas circulan por dirección contraria y sin respetar los límites de velocidad establecidos. “Temo que va a pasar algo gordo y, entonces, nos vamos a echar las manos a la cabeza”, advierte, Rosa Quintanilla, vicepresidenta del Consejo de Barrio de El Crucero.

Por otro lado, la presencia de okupas en diferentes puntos del barrio, generalmente en viviendas unifamiliares que tienen garaje comunitario, no ha impedido que su ocupación sea completa y también utilicen estas zonas comunes como miembros de pleno derecho.

Llegados a este punto y antes de que sea demasiado tarde para frenar este movimiento okupa, representantes de cada una de las cuatro formaciones políticas con representación en el Ayuntamiento se reunieron ayer para establecer un protocolo de actuación que quedará concretado este viernes y servirá para actuar de la forma más efectiva posible en la zona. Para ello, ayer se les pidió a los vecinos que realizasen una especie de “inventario” de las viviendas ocupadas, así como de las que están habitualmente vacías, que permita establecer unas zonas calientes. Además, los representantes políticos les pidieron que recurriesen a la Policía Nacional y Local ante cualquier hecho delictivo.

Ante este movimiento, los vecinos tienen la esperanza de que desde el consenso político se ponga freno a esta situación lo antes posible y permita recuperar la normalidad en un barrio tradicionalmente tranquilo.

El foco

A pesar de los últimos avances, esta situación se remonta seis años atrás y pone a la fábrica de Lejías El Cid como foco del movimiento okupa. Esta instalación abandonada sirvió para que varios okupas se instalasen allí. Por eso, los vecinos, a día de hoy, siguen solicitando su derribo o su tapiado. Y es que las condiciones de insalubridad son tremendas.

Por su parte, el Ayuntamiento solicitará al propietario de esa zona, en la que hay nueve viviendas más, que denuncie los hechos y proceda al tapiado de puertas y ventanas, para que, al menos, deje de servir de vivienda para un número indeterminado de familias.