Renovación integral del Consejo de Gobierno Pastoral de la diócesis
El arzobispo, Fidel Herráez, nombra a los nuevos miembros del Consejo de Gobierno de la Diócesis, que ha sufrido una profunda renovación
Se han creado cuatro nuevas Vicarías y tan sólo dos personas repiten del anterior mandato
Renovación en los cargos. El arzobispo de Burgos, Fidel Herráez ha dado hoy carta de naturaleza al nuevo Consejo de Gobierno Pastoral de la Diócesis, que ha sufrido una profunda reforma tras la inclusión de cuatro nuevas Vicarías sectoriales y la entrada de cinco nuevos miembros. Tan sólo Ildefonso Asenjo Quintana, que seguirá siendo el secretario del Consejo de Gobierno, y Andrés Picón, que da un paso atrás para hacerse cargo de la nueva Secretaría polivalente, continuarán respecto al anterior equipo, al que Herráez ha agradecido su trabajo.
Andrés Picón actuará como apoyo del reto de miembros del Consejo
Tal y como ya anunció hace escasos díaS el Arzobispado, el nuevo vicario general será Fernando García Cadiñanos. Sobre él recaerá buena parte de la responsabilidad de dirigir la diócesis. Por su parte, José Luis Lastra Palacios asumirá la Vicaría de Pastoral y Jesús Castilla Puente hará lo propio con la Vicaría para los Sacerdotes, de nueva creación. También son de nueva creación la Vicaría para la Vida Consagrada, que ha sido asumida por el padre salesiano Amadeo Arribas, y la Vicaría de Asuntos Económicos, que será dirigida por Vicente Rebollo.
Pero quizá, el nombramiento más significativo sea el de Picón, que pasará de ser secretario general a un apoyo para el resto de vicarios. El propio Herráez ha calificado a Picón de “comodín” al servicio del resto del Consejo. “Necesitamos la experiencia” acumulada por el hasta ahora secretario general, ha subrayado el arzobispo. Paralelamente, García Cadiñanos irá cediendo protagonismo poco a poco dentro de Cáritas, institución de la que ahora mismo es responsable. El objetivo es que se nombre a un nuevo director en los próximos meses.
Dedicación
A todos ellos, Herráez les ha pedido compromiso, asumiendo que ocupar un cargo dentro de la Diócesis no es una cuestión de “prestigio personal”, sino de dedicación total. “Vienen a desgastarse en el día a día” para trabajar en todos aquellos frentes abiertos por la Iglesia hoy en día, empezando por la principal misión actual, que no es otra que trasladar “la palabra de Dios”.
En este sentido, ha señalado Herráez, “la vida se les va a complicar bastante” a partir de ahora, ya que además de asumir las responsabilidades propias de cada área, el arzobispo ha perdido a los nuevos vicarios que coordinen otros servicios diocesanos y que tengan “contacto directo con la realidad de toda la Diócesis”.