Imagina critica que el Coliseum siga sin licencia ambiental y su uso sea gratuito

Israel Hernando asegura que la licencia va vinculada a un informe “demoledor” de los técnicos sobre las deficiencias de la instalación

El Ayuntamiento no puede cobrar por el uso del Coliseum mientras no exista una ordenanza de precios o se marque una tasa

Imagina critica que el Coliseum siga sin licencia ambiental y su uso sea gratuito Coliseum Burgos. PCR

De “fracaso” tildan en Imagina la reconversión de la Plaza de Toros en el Coliseum Burgos. A punto de cumplirse un año de la recepción “en diferido”, la instalación no alberga ninguna actividad significativa, ha asegurado Israel Hernando. El consejero vecino de Imagina en Deportes ha insistido en que no se realiza ningún tipo de actividad que no se viniese programando en el antiguo coso (conciertos, ferias taurinas, ferias de estocaje…), por lo que la instalación se encuentra “vacía, carente de contenido”.

Y está vacía a pesar de que su uso es gratuito. El Coliseum es un “chollo”, ha afirmado Hernando, dado que al no disponerse de una ordenanza municipal de precios, ni haberse establecido ningún tipo de tasa, no se puede cobrar por su utilización. Los únicos que pagarán, 20.000 euros además, serán los responsables de la Feria de San Pedro y San Pablo, ha explicado el consejero vecino. “Los demás van gratis”, así que el Coliseum no cuenta con ingresos propios, y no se pueden acometer las mejoras que exigen los técnicos.

Se otorgan autorizaciones puntuales para cada actividad que se organiza

Israel Hernando ha recordado que la instalación continúa sin licencia ambiental, entre otros motivos, porque Lorena de la Fuente (concejal responsable del Coliseum) no quiere. Y es que la concesión de la licencia viene de la mano del cumplimiento de un informe técnico que es “demoledor”, ha asegurado Hernando, en el que se demuestra que el proyecto es un “fracaso”. Las condiciones “deleznables” en las que se encontraba la plaza de toros no se han modificado, simplemente se ha instalado una cubierta, ha comentado el consejero vecino.

Así las cosas, cada vez que se programa una actividad se tienen que conceder una autorización puntual, que no sería necesaria si se contase con esa licencia ambiental, han apuntado desde Imagina. Se trabaja “un milímetro dentro de la legalidad”, sin hacer caso a los informes técnicos, ni plantear las mejoras que se exigen ni tramitar la licencia ambiental. Por todo ello, Israel Hernando considera que el “gran proyecto de Javier Lacalle” es, un año después de su apertura, “un gran fracaso”.