Comercio justo: conozca, pruebe y (si le gusta) compre
Burgos acaba de recibir el reconocimiento de Ciudad por el Comercio Justo pero nos falla la sensibilización social
Se invita a los burgaleses a que prueben los productos para que descubran que ni son caros ni son difíciles de encontrar
Verónica Ibáñez apuesta por unir esfuerzos con los productores locales de Burgos sobre la base de una filosofía compartida
Aires de comercio justo se han respirado esta mañana de domingo en el Paseo Sierra de Atapuerca. Burgos está de celebración después de que el miércoles recibiese el reconocimiento de Ciudad por el Comercio Justo, que otorga Cooperativa Ideas. Y aunque cumplimos con los “mínimos”, reconoce Verónica Ibáñez, de Amycos, todavía nos queda mucho camino por andar hasta conseguir que el comercio justo esté integrado, sin fisuras ni diferenciaciones, en la práctica de consumo de los burgaleses.
La ciudad cuenta cada vez con más puntos de venta y los establecimientos de hostelería apuestan por incluir productos de comercio justo en sus “cestas”, al igual que las empresas y la Universidad de Burgos. El Ayuntamiento incluye en sus contratos cláusulas a favor del comercio justo y en los centros educativos se realizan numerosas campañas de sensiblización, que sirven para apoyar a las acciones que promueven multitud de organizaciones civiles. El comercio justo tiene un espacio en la ciudad, pero “pequeño”, insiste Ibáñez.
Hay que seguir trabajando, sobre todo, en materia de concienciación social. Toca romper con muchos de los clichés que están asociados a los productos de comercio justo, como que son más caros o difíciles de encontrar. Verónica Ibánez asegura que los precios se van equiparando y, a medida que se incremente la demanda, estos productos se podrán vender más baratos. De difíciles de encontrar, nada de nada. Es verdad que no estamos en los niveles de otros países europeos, pero el comercio justo ya no es una ‘rara avis’ en Burgos.
Hermanamiento local
Ibáñez considera que una buena forma de fomentar los productos de comercio justo es aliarse con la producción local, porque ambas se fundamentan en los mismos valores. Los artículos de comercio justo provienen de países en desarrollo, de África, Asia y Latinoamérica, a sus productores se les paga un salario justo y se les respetan sus derechos laborales, no existe explotación infantil y la actividad utiliza técnicas respetuosas con el medio ambiente. Similar filosofía que la producción local, apunta Ibáñez.
Por ese motivo, en la feria instalada en el Paseo Sierra de Atapuerca, además de expositores de comercio justo, se ha contado con varios invitados: una bodega de la Denominación de Origen ‘Arlanza’, representantes de la Feria de la Cerveza Artesana de Castilla y León que se celebrará en Lerma el próximo sábado y la Fundación Lesmes, aportando sus morcillas. Verónica Ibáñez recuerda que el objetivo último de la feria es dar a conocer los productos de comercio justo, que la gente los pruebe y los valore, para que luego pueda comprarlos.