4-1. El Mirandés se estrella en el Carlos Tartiere
El Mirandés pierde el tren de la promoción tras caer derrotado con claridad en el Carlos Tartiere frente a un Oviedo mucho más acertado en el aspecto anotador
Los rojillos ofrecieron buen juego en líneas generales, pero se mostraron incapaces de batir a Miño y acabaron pagando su falta de puntería con una goleada
La promoción de ascenso se aleja otra vez. El Mirandés perdió hoy una oportunidad de oro para reengancharse a la pelea por meterse en el playoff tras caer goleado en el Carlos Tartiere frente a un Oviedo que supo aprovechar mejor todas sus opciones. En un partido abierto y con alternativas, los hombres de Terrazas tuvieron en sus botas la oportunidad de plantear problemas en el marcador, pero fueron incapaces de batir a Miño, mientras los goles carbayones iban cayendo uno tras otro. Al final, cuatro goles como cuatro losas que alejan al Mirandés del objetivo de la promoción.
Ficha Técnica
4 – Oviedo: Miño; Fernández, David F., Josete, Peña; Erice (Verdés, min.72), Edu Bedia (Koné, min.65); Susaeta, Linares (Míchel, min.57), Borja Valle; Toché
1 – Mirandés: Raúl; Galán, Álex Ortiz, Javi Cantero; Eguara (Provencio, min.53), Rúper (Lázaro, min.80), Néstor Salinas, Kijera; Sangalli, Ion Vélez (Abdón Prats, min.46) y Alain.
Goles: 1-0, min.5: Erice; 2-0, min.52: Toché; 3-0, min.75: Borja Valle; 4-0, min.77: Susaeta (p).
Árbitro: Ais Reig, Saúl (comité valenciano). Mostró cartulina amarilla al jugador local Edu Bedia y al visitante Galán.
Incidencias: Partido correspondiente a la trigésimo octava jornada de la Liga Adelante disputado en el Carlos Tartiere de Oviedo ante 12.106 espectadores.
Tardaría poco en adelantarse el Oviedo. Apenas había comenzado el choque cuando Erice cazaba un rechace a la salida de un saque de esquina y enganchaba un potente disparo desde la frontal que, tras tocar en un compañero, acabó superando a Raúl. Corría el minuto 5 y al Mirandés ya le tocaba ir a remolque, una situación sin duda incómoda en un escenario como el Carlos Tartiere y frente al rival de quilates como el Oviedo, que con el 1-0 en el marcador juntó líneas y decidió no arriesgar en exceso.
De hecho, el conjunto carbayón pareció darse por satisfecho con el gol y apenas volvió a generar peligro en la primera parte. Si acaso, dos buenas internadas de Toche que acabaron en nada al no encontrar rematador cuando lo tenían todo a su favor. Todo lo contrario que el Mirandés, que, tras sobreponerse al varapalo inicial, comenzó a carburar en busca de un empate que a punto estuvo de llegar en el 18. Néstor Salinas, auténtico cerebro del juego ofensivo rojillo, cedía un balón franco para que Eguaras probara fortuna desde la frontal, pero el balón se estrelló en el larguero.
Esa clara ocasión pareció espolear a los de Miranda, que a partir de entonces consiguieron llevar el partido al terreno que más les interesaba, ejerciendo una asfixiante presión a la salida del balón rival y entrando en tromba a cada remate. Sangalli, que se convirtió en una auténtica pesadilla para Peña, probó con dos infructuosas internadas y Oyarzun lo intentó con un disparo lejano, pero la más clara tendría que esperar. En el 39, Miño sacaba de la misma línea de gol un remate algo forzado de Néstor a centro de Sangalli que bien pudo cambiar el signo del choque antes del descanso.
Sin embargo, el Mirandés, que estaba siendo superior en términos generales, seguía pecando de falta de contundencia y lo acabaría pagando caro. Muy caro. Y es que, tras el paso por vestuarios el Oviedo se dio un festín. Aprovechando la necesidad de los rojillos por buscar el gol del empate, los carbayones cerraron filas y buscaron sentenciar el partido a la contra, una fórmula que desarrollaron a la perfección. En el 50, Susaeta protagonizaba una internada por la derecha, ganaba línea de fondo y la cedía al segundo palo con la ayuda de Linares para que Toché rematara a placer.
Sentencia
Ese gol cayó como una losa sobre los rojillos, que, a pesar de los esfuerzos, fueron incapaces de sobreponerse. De hecho, lejos de recortar diferencias, el Mirandés vio cómo Borja Valle sentenciaba el choque en el 57 tras culminar un contragolpe superando a Raúl en un mano a mano. A partir de ahí, el partido tuvo poca historia. El Mirandés, ya a la desesperada, intentó marcar el gol del honor y tuvo varias opciones para conseguirlo, pero los delanteros rojillos hoy no estaban finos. Todo lo contrario que los hombres de Generelo, que sí aprovecharon sus opciones de redondear la goleada con un tanto de penalti de Susaeta en el 76 que terminó de finiquitar el choque. Sólo Sangalli, con un postrero gol que generó dudas e incluso pareció no subir al marcador, pudo maquillar el resultado.
Al final, una goleada que supone todo un sopapo para las aspiraciones del Mirandés, cuya afición había vuelto a creer en las posibilidades de meterse arriba. Ahora, con cuatro partidos por disputarse y a seis puntos del Oviedo, sólo queda intentar cerrar la temporada de la mejor manera posible.