1-0. El Mirandés sigue creyendo en sus opciones

El Mirandés vence por la mínima al Huesca en un partido muy competido, deja encarrilada la permanencia y recorta distancia con la promoción

Un solitario gol de Ion Vélez fue suficiente como para sentenciar el choque

1-0. El Mirandés sigue creyendo en sus opciones Ion Vélez resolvió el partido en el primer tiempo. LFP

Mientras haya opciones, hay que intentarlo. El Mirandés dejó hoy prácticamente vista para sentencia la permanencia en la Liga Adelante y recortó diferencias con la zona de promoción tras vencer por la mínima al Huesca. Un solitario gol de Ion Vélez fue suficiente como para que la sonrisa regresara a Anduva después de los tropiezos frente al Numancia y el Nàstic de Tarragona. Eso sí, toco sufrir, puesto que el Huesca apretó de lo lindo en una segunda parte en la que pudo pasar de todo.

Ficha Técnica

1 – Mirandés: Raúl; Galán, Álex Ortiz, Javi Cantero; Eguaras (Moreno, min.60), Rúper, Néstor Salinas, Kijera; Sangalli, Ion Vélez (Abdón Prats, min.46) y Álex García (Carnicer, min.76). 

0 – Huesca: Whalley; Nagore, Íñigo López, Carlos David (Gaspar, min.78), Fernández; Aguilera (Bambock, min.6), Fran Mérida; González, Camacho (Figueroa, min.60), Machís; Arruabarrena. 

Goles: 1-0, min.42: Ión Vélez. 

Árbitro: Ocón Arráiz (Colegio Riojano). Mostró tarjeta amarilla a los jugadores locales Ion Vélez y Galán y a los visitantes Fran Mérida, Carlos David y Fernández. 

Incidencias: Partido correspondiente a la trigésimo séptima jornada de la Liga Adelante disputado en el estadio municipal de Anduva ante 2.741 espectadores.

Partido muy trabado desde el principio. La lluvia había arreciado con fuerza durante toda la jornada y el terreno de juego no estaba para florituras. El balón apenas corría y las conducciones, sobre todo por las bandas, se hacían prácticamente imposibles, obligando a jugadores como Sangalli, habituados a bailar sobre la línea lateral, a buscar alternativas para encontrar hueco.

Con esos condicionantes, el fútbol tardó en hacer acto de presencia. Demasiado juego físico y muchas pérdidas en ambos frentes, aunque era el Mirandés el que pisaba campo rival con más insistencia. Fruto de esa superioridad inicial, fue el conjunto rojillo el primero en intentarlo. En el minuto 10, Salinas probó fortuna con un disparo casi sin ángulo tras ganar línea de fondo que acabó paseándose sin encontrar portería ni rematador. También Ion Vélez tuvo en sus botas la ocasión de abrir el marcador, pero no fue capaz de aprovechar un gran pase entre líneas de Eguaras y falló en el mano a mano con Whalley.

Esas dos ocasiones fueron sin duda las más claras de un partido que, por otra parte, estaba siendo muy poco vistoso. Cierto es que el Mirandés era el que más proponía, pero los hombres de Terrazas pecaron de falta de profundidad e ideas en los últimos metros. Menos peligro aún planteó un Huesca que no terminó de sentirse cómodo sobre el terreno de juego hasta bien entrado el partido. Y en ese escenario, el gol local podía acabar llegando en cualquier momento, como así sucedió. En el minuto 42, Kijera ponía un buen centro lateral al que llegaba Ion Vélez para peinar el balón y desviar la trayectoria lo justo para superar a Whalley.

Sin duda, el gol cayó como una losa sobre el Huesca, que eso sí, regresó de vestuarios con otro talante muy diferente. Prueba de ello es que en apenas cinco minutos generó más peligro que en toda la primera mitad, durante la que no acertó a rematar entre los tres palos con claridad. Sin duda, la ocasión más clara la tuvo en sus botas Machís, que acabó estrellando un buen disparo en la cepa del poste. No sería el último del partido, por cierto.

Tras esa salida en tromba del conjunto altoaragonés, los de Terrazas recuperaron pronto la iniciativa y, aunque ya no disfrutaron de la superioridad del primer tiempo, sí igualaron la contienda. Eso sí, la puntería volvía a ser la asignatura pendiente. Eguaras, Abdón y Sangalli lo intentaron sin fortuna, éste último por partida doble con dos disparos cruzados que no encontraron portería. Y esa falta de acierto, con un resultado tan ajustado, puede pasar factura.

Sufrimiento

Esa fue al menos la lectura que hizo de la situación el Huesca, que en los últimos minutos dio un paso al frente con más corazón que cabeza y a punto estuvo de dar un disgusto a la parroquia local. Raúl tuvo que sacar la mano a pasear para atajar un fantástico remate de Íñigo López a la salida de un córner, mientras que Machís volvió a estrellar un balón en el larguero en los compases finales. En definitiva, el Mirandés acabó casi pidiendo la hora.

Aún así, la jornada acabó cundiendo. Y es que, además de dejar prácticamente sellada la permanencia, el conjunto rojillo se puede permitir el lujo de seguir soñando con pelear por la promoción de ascenso. Es difícil, pero no imposible, y mientras las matemáticas no digan lo contrario, el equipo lo seguirá intentando, empezando el próximo fin de semana en Oviedo, donde le espera uno de los rivales directos en esa hipotética lucha.