Sancionado un cazador por no precintar la cabeza de un corzo tras abatirlo

La Guardia Civil ha abierto un expediente sancionador a un cazador que fue sorprendido con una cabeza de corzo sin precintar

El animal había sido abatido y el cuerpo había sido abandonado en el campo

Sancionado un cazador por no precintar la cabeza de un corzo tras abatirlo Cabeza de corzo y armas intervenidas. BC

El Seprona de la Guardia Civil ha abierto expediente sancionador a un cazador que había abatido un corzo macho (Capreolus capreolus), por no llevar colocado el precinto obligatorio para su transporte. Según informan fuentes del Instituto Armado, días atrás, gracias a la colaboración ciudadana que aportaba información relevante sobre posibles prácticas furtivas llevadas a cabo en un coto de la provincia, el Seprona de Burgos abría una investigación, en el marco de la Operación Vareto puesta en marcha para la prevención y control del furtivismo durante la campaña 2016, al objeto de poder esclarecer los hechos que acababan de conocer.

Localizados los sospechosos, los agentes interceptaban el vehículo en el que viajaban, identificando a los tres ocupantes, que venían de cazar, portando dos rifles con la documentación en regla y un precinto de corzo para hembra, si bien manifestaron no haber cazado ningún animal, hecho que fue comprobado.

Interrogados por la existencia de una posible cabeza de corzo macho, abatido horas antes y que la misma pudiera encontrarse sin el preceptivo precinto colocado, los sospechosos acabaron por reconocer su existencia. Tras un registro al establecimiento donde se hospedaban fue localizada la cabeza que ha sido intervenida para su entrega en el Centro de Recuperación de Especies de Burgos, en tanto que el cuerpo del animal, abandonado en el campo donde había sido abatido, ya estaba siendo consumido por los buitres.

La infracción observada, por incumplimiento a la Ley de Caza de Castilla y León, ha sido puesta en conocimiento de la Administración correspondiente. Se recuerda que el precinto legaliza la caza del corzo, determina el terreno cinegético donde ha sido abatido y autoriza su lícito traslado y transporte; debe colocarse en la cuerna del cérvido una vez dado muerte y siempre antes de moverlo, conforme a lo estipulado en la Ley de Caza de nuestra Comunidad sobre el precintado de piezas de caza.