El Arlanza, el Arlanzón, el Ubierna y el Vena permanecen en situación de alerta

Cuatro ríos de la cuenca hidrográfica del Duero se mantienen ahora mismo en alerta por crecidas, aunque la situación va normalizándose poco a poco

El Arlanzón presentó ayer una imagen muy poco habitual a su paso por la capital

El Arlanza, el Arlanzón, el Ubierna y el Vena permanecen en situación de alerta Así bajaba el Arlanzón esta mañana. GIT

Aunque el nivel ha ido descendiendo en las últimas horas, buena parte de los ríos de la cuenca hidrográfica del Duero presentan a esta hora un caudal mucho más elevado de lo habitual, lo que ha obligado a la Confederación Hidrográfica (CHD) a mantener el nivel de alerta o alarma (éste último de mayor nivel de emergencia) en 31 puntos de la red fluvial de la cuenca, incluyendo cuatro ríos de la provincia de Burgos, como son el Arlanzón, el Arlanza, el Ubierna y el Vena.

El primero de ellos presentó ayer una imagen histórica a su paso por la capital provincial. Los más veteranos del lugar afirman no haber visto las aguas tan bravas desde hace décadas. Incluso, alguno asegura que desde que concluyera la obra del pantano de Úzquiza no se había registrado una avenida de carácter tan extraordinario. Sin embargo, la situación parece estar volviendo poco a poco a la normalidad y el Arlanzón ha reducido su altura en más de medio metro y su caudal se mantiene a esta hora en torno a los 30 metros cúbicos por segundo, mientras el Vena, que superó también el nivel de alerta, ha reducido su caudal a la mitad.

El Arlanza, por su parte, también mantiene esa tendencia. El pico de la crecida se registró ayer en la cuenca alta, anegando parte de las riberas que ya sufrieron graves inundaciones durante el pasado mes de febrero. En este sentido, el pico de la crecida se ha trasladado ya hacia la cuenca baja, y localidades como Peral, último pueblo burgalés bañado por el Arlanza, están ahora mismo recibiendo las aguas.

Similar situación se ha vivido en la cuenca del Ubierna, que esta misma mañana ha superado los 2,30 metros de altura a su paso por Quintanadueñas, lo que implica el doble de su altura habitual antes de desembocar en el Arlanzón.

Con todo, la Confederación Hidrográfica del Duero mantiene la vigilancia sobre los caudales ante la posibilidad de que la situación vuelva a empeorar en las próximas horas. Todo dependerá de la evolución de la meteorología, y de la presencia, o no, de precipitaciones, sobre todo en las zonas altas, que aceleren el deshielo.