Los vecinos piden reunirse con el arzobispo para que democratice el Círculo
Los vecinos del Círculo Católico de Obreros han solicitado una reunión con Fidel Herráez
Quieren pedirle que aproveche la suspensión del consejo directivo para realizar una reforma
Hernando insiste en que deben ser los inquilinos, y sobre todo los jóvenes, los que dirijan
Los vecinos del Círculo Católico de Obreros han remitido esta semana una carta el arzobispo de Burgos, Fidel Herráez, en la que le solicitan una reunión para abordar el futuro de la Constructora Benéfica. Los inquilinos le agradecen que “parase los pies” al anterior consejo de la Asociación del Círculo Católico de Obreros, en su pretensión de crear una fundación civil para controlar la Benéfica y, a medio plazo, poder hacer negocio con las viviendas, construidas como capital social para obreros.
Sin embargo, el colectivo vecinal teme que el relevo pueda venir de la mano de “personas ajenas”, que tras el paso de la gestora “se haya quitado a unos para poner a otros” similares, asegura Javier Hernando, su portavoz. Por ese motivo, los vecinos pedirán a Herráez que aproveche el momento para democratizar y modernizar el Círculo Católico de Obreros. Los inquilinos, y demás miembros de la asociación, deben ser los que se encarguen de su dirección, y a ser posible que sean los más jóvenes, para dinamizarla.
“El Círculo tiene todavía mucha vida”
Igualmente, Hernando apuesta por que la Constructora Benéfica sea gestionada directamente por la asociación, y no por la Fundación CajaCírculo. “Tienen que contar con nosotros”, insiste el portavoz, ya que son los que ocupan las viviendas, “sufren” sus desperfectos y los elevados alquileres. El Círculo “tiene todavía mucha vida”, ha asegurado, porque cuenta con más de 3.000 socios, de las 1.000 viviendas existentes, y hay mucho “potencial” para organizar actividades, siempre y cuando se deje participar a los más jóvenes.
Javier Hernando ha reconocido que se ha ido dejando morir a la Asociación del Círculo Católico de Obreros, como se ha ido dejando deteriorar las viviendas. Todo ello con el objetivo de facilitar el movimiento que, según todos los informes, quería hacer la anterior directiva: externalizar la Constructora Benéfica y abrir al libre mercado la venta de los pisos o, incluso, facilitar un negocio inmobiliario. Los vecinos confían en que el nuevo arzobispo les reciba, al menos, y tenga en cuenta sus propuestas.