La pequeña Jimena cumple con la tradición y libera a la Virgen del luto
Aranda de Duero ha vivido esta mañana su Bajada del Ángel como broche de oro a la Semana Santa
La niña de 5 años ha retirado el luto a la Madre para el encuentro con el hijo resucitado
Jimena ha soltado las palomas blancas, se ha quitado la corona y ha pataleado
Jimena Arranz Bravo se tenía bien aprendido el papel y nada ha impedido que lo cumpliese a la perfección, ni siquiera los nervios del directo. La pequeña arandina de 5 años, alumna del colegio Simón de Colonia, ha sido la encargada esta mañana de quitar el luto a la Virgen María en su encuentro con Cristo resucitado. Un año más, la Plaza de Santa María ha sido testigo del acto con más solera de la Semana Santa ribereña, la Bajada del Ángel, cuya tradición se remonta al siglo XVI.
Minutos después de las 11:30 se iniciaba el rito. El globo blanco que escondía al pequeño ángel atravesaba la plaza en altura, gracias a un perfeccionado sistema de poleas controlado por varios profesionales. Se abría dejando caer al angelillo, quien tras soltar dos palomas blancas, símbolo del Espíritu Santo, descendía hasta la altura de la Virgen, se quitaba su propia corona y le retiraba a la imagen el velo negro. Todo ello sin dejar de patalear, muestra de la alegría que los católicos sienten en el Domingo de Resurrección.
Ya sin luto, la Madre se encontraba con su hijo resucitado, dando comienzo de este modo la procesión por las principales calles de la capital ribereña. Una procesión que ha estado presidida por la propia Jimena, quien con su participación en la Bajada del Ángel ha cumplido uno de sus “sueños”. La niña pertenece a la Cofradía de la Virgen de las Candelas, organizadora de esta Fiesta de Interés Turístico Regional, pero también a la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores.