La Delegación de la Junta trata de salvar el pinsapo de San Pedro de Arlanza

Operarios de la Junta de Castila y León han procedido esta mañana a podar las ramas del pinsapo plantado hace 150 años en San Pedro de Arlanza

Se trata de una especie más propia de otras latitudes que se pretende conservar con el proyecto integral de restauración del monasterio

La Delegación de la Junta trata de salvar el pinsapo de San Pedro de Arlanza Se trata de un ejemplar único. BC

La Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León, a través del Servicio de Medio Ambiente, cumpliendo con su compromiso de compatibilizar la conservación del claustro del Monasterio de San Pedro de Arlanza y del pinsapo, ha procedido esta semana a la poda de las ramas inferiores de esta especie de abeto de más de 150 años de antigüedad para reducir las humedades que afectan al monumento.

El singular árbol, de más de 30 metros de altura, se ha aclimatado perfectamente a las condiciones ambientales de la comarca, hasta tal punto que la frondosidad de su copa terminó por cubrir totalmente el claustro dificultando la ventilación, la entrada de los rayos del sol y favoreciendo las humedades en todo el edificio.

Precisamente por este motivo las bases del proyecto de restauración, publicadas en el BOE el pasado 27 de enero y que cuentan con un presupuesto de 218.864,80 euros, preveían, en principio, la tala de este ejemplar.

El pinsapo, que pudo ser plantado en 1840 por el particular que compró el monasterio tras la desamortización, por el momento, no está incluido en el catálogo de árboles singulares de Castilla y León, sin embargo sí que figura en el listado a incluir en la próxima actualización del catálogo y es un ejemplar muy querido en la comarca.

Por ello, tras varias reuniones entre representantes de la Dirección General de Bellas Artes, del Servicio Territorial de Cultura y del Servicio Territorial de Medio Ambiente se ha decido tratar de evitar la tala de esta rara especie de abeto mediterráneo, más propia de las serranías de Cádiz y Málaga.

La poda ha sido técnicamente muy compleja y tras una primera intervención con pértigas, la parte más complicada por su altura y grosor de las ramas ha sido realizada por especialistas en trabajos de conservación en altura, utilizando técnicas y materiales específicos de escalada y rescate en montaña. Los resultados de esta actuación sobre las humedades del claustro se analizarán en los próximos meses para decidir si finalmente el pinsapo se puede salvar.