La epidemia de la gripe está siendo más larga pero menos agresiva

La epidemia de la gripe estacional afronta la recta final de una campaña más larga de lo habitual, pero también menos agresiva

Los servicios de Epidemiología insisten en la importancia de la prevención, la vacunación y la vigilancia de la epidemia

La primavera ya está aquí y poco a poco comienzan a cambiar las cosas, incluido el tiempo y la incidencia de la gripe estacional, que ha entrado ya en su fase final después de una campaña más larga de lo habitual, pero con una afección mucho más baja que otros años. Así lo demuestran las estadísticas de la red de seguimiento instaurada tiempo atrás por el Sistema Público de Salud de la Junta de Castilla y León, que reflejan que en ningún momento se ha alcanzado el nivel alto de afección.

Sólo en una semana se ha superado, por poco, el umbral del nivel medio de incidencia

Lejos de ello, desde que hace nueve semanas se inició la campaña estacional, sólo se ha alcanzado en una ocasión una tasa de incidencia media, y fue por muy poco. En concreto, fue la semana del 15 al 21 de febrero cuando se alcanzó el pico máximo de incidencia de la gripe estacional en la comunidad autónoma, registrándose una tasa de afección ligeramente superior a los 250 casos por cada 100.000 habitantes a la semana.

El resto de la temporada de gripe estacional se ha movido en unos ratios de incidencia de entre los 45 y los 190 casos por cada 100.000 habitantes, lo que implica una afección mucho menor que la registrada en otras ocasiones. Sin embargo, lo que sí parece haberse incrementado es el propio periodo de presencia de la epidemia, que tuvo su inicio efectivo con la llegada del año nuevo y que aún está dando sus últimos coletazos.

Según explica José Luis Yáñez, jefe de sección de Epidemiología del Servicio Territorial de Salud de la Junta de Castilla y León, la circulación de la gripe este año está siendo “muy baja”, aunque se hayan registrado hasta la fecha 41 ingresos en el Hospital Universitario de Burgos por casos graves. Unos casos que, fundamentalmente, vienen acompañados de otras patologías que complican el tratamiento de una “enfermedad paradójica” como la gripe.

N1H1

En esta ocasión, el virus que mayor incidencia está teniendo es el N1H1, es decir, el de la Gripe A, tan conocido por las mutaciones registradas hace ahora unos años, que encendieron todas las alarmas de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En este sentido, Yáñez desmitifica parte de la fama de la Gripe A. “Hay dos tipos de gripe, y el tipo A es el más habitual. Lo que pasa es que, como todos los virus, va mutando paulatinamente”.

Esa situación que obliga a los responsables de la salud a vigilar la evolución de los virus, un trabajo que habitualmente se realiza sin problemas. De hecho, “en febrero ya sabemos cuáles van a ser las mutaciones del virus que afectarán en la siguiente campaña”. Eso al menos es lo habitual, ya que, aunque la gripe se vincula habitualmente “con el invierno”, puede afectar en cualquier periodo del año y puede aparecer de repente una mutación no controlada, “que es lo que pasó en 2009”, subraya Yáñez.

Vacunación

Con todo, el jefe del servicio de Epidemiología insiste en la importancia de la prevención. “La gripe no es un chiste” y “los colectivos de riesgo” deberían vacunarse todos los años, incluidas las embarazadas y los propios profesionales sanitarios, que a menudo se muestran más reacios que laspersonas mayores, subraya Yáñez. “Falta algo de cultura de vacunación” en este sentido. Eso sí, la red de vigilancia de Castilla y León es todo un “referente” que se ha ido exportando a otros territorios y la investigación continúa siendo buena, concluye.