San Pedro de Cardeña elabora la primera cerveza trapense de España
Los monjes se han embarcado en un nuevo proyecto para conseguir recursos que les permitan mantenerse
Una cervecera artesana externa ha diseñado ‘Cardeña’, una rubia triple malta de 7º con carácter y personalidad
Sigue el modelo de las trapenses belga pero sin perder la frescura española y será la primera de una gran variedad
El monasterio deberá crear una cervecera propia si quiere comercializarla con el sello de reconocimiento trapense
El Monasterio de San Pedro de Cardeña ha presentado esta tarde ‘Cardeña”, la primera cerveza trapense de España. La comunidad religiosa burgalesa se ha “lanzado” a este proyecto cervecero siguiendo los pasos de comunidades hermanas de la Orden del Císter, siendo las más conocidas las belgas, con el objetivo de conseguir una nueva fuente de ingresos que le permita mantenerse, conservar su patrimonio histórico-cultural y financiar obras de ayuda a los más necesitados.
‘Cardeña’ es una cerveza “muy trapense y muy artesana”, una rubia triple malta de 7º, “con más malta de lo normal”, pero “bien equilibrada” y con un grado más de amargo que una trapense belga, según ha explicado Bob Maltman. Este cervecero escocés ha sido el encargado de “diseñar” la cerveza para San Pedro de Cardeña, buscando que recordase a la cerveza trapense típicamente belga pero “sin perder la frescura de la española”. ‘Cardeña’ tiene “carácter y personalidad”, es de alta fermentación y cuenta con una segunda en botella.
La elaboración se está llevando a cabo en una cervecera artesanal externa de Madrid, pero “lo importante no es dónde, sino quién y cómo se ha elaborado”, ha señalado el cervecero Erik Coene. Y es que se siguen los cánones marcados por la Asociación Trapense Internacional, de cara a conseguir el sello que la reconozca como producto trapense auténtico. Aún no lo tiene, ha explicado Coene, porque uno de los requisitos es que se produzca en las instalaciones del propio monasterio.
Cervecera propia
Para ello sería necesario que San Pedro de Cardeña crease su cervecera artesanal, un proyecto que todavía puede tardar en llegar alrededor de dos años. “No hay prisa”, ha recordado el padre José Luis, así que de momento van sacando pequeñas producciones. El primer lote ha contado con 100 cajas de 24 botellas por caja, pero el segundo tendrá ya 300. Y como no cuenta con ese sello, la comercialización la debe realizar el monasterio, a través de sus tiendas física y virtual, y en establecimientos de hostelería burgaleses, al precios de 2,5 euros por botella.
El padre José Luis ha recordado que solo seis monasterios trapenses elaboran cerveza. Los más conocidos son los belgas, con marcas como Chimay, aunque también se produce en Holanda, Italia, Austria, Estados Unidos y Francia. Y entre los casi 200 monasterios que la Orden del Císter los hay que elaboran chocolates, licores, quesos o pastas. Según los principios de la Regla Benedictina del Ora et Labora, los monjes deben conseguir con su trabajo los ingresos que les permitan mantenerse y realizar obras de ayuda al necesitado.