Investigadores del CENIEH documentan una de las primeras obras de arte efímeras

Un arqueólogo del CENIEH participa en un estudio sobre una pieza artística efímera de 35.000 años de antigüedad localizada en Francia

Se trata del dibujo de un pájaro y es una de las primeras manifestaciones artísticas efímeras documentadas en Europa

Investigadores del CENIEH documentan una de las primeras obras de arte efímeras

El arqueólogo Joseba Rios Garaizar, del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), junto a un equipo de científicos  hispano-francés liderado por Iluminada Ortega del Institut National des Recherches en Archéologie Préventives (Inrap), acaba de publicar en la revista Journal of Archaeological Science Reports el descubrimiento de una obra de arte auriñaciense en un taller de sílex situado en el yacimiento francés al aire libre de Cantalouette II en Dordoña, representando el grabado de un pájaro de unos 35.000 años de antigüedad, que contribuye a mejorar nuestros conocimientos sobre el origen del arte figurativo.

Este grabado, probablemente único en el periodo Auriñaciense, es excepcional por el contexto particular del hallazgo, por su grado de naturalismo, por la utilización de procedimientos técnicos innovadores y por la elección del tema poco común, un pájaro, que es un animal raramente representado, y cuya postura sugiere que está bebiendo, haciendo la corte o apunto de levantar el vuelo.

“Gracias a los análisis microscópicos y 3D llevados a cabo en los laboratorios del CENIEH pudimos averiguar que para su ejecución se ha utilizado una técnica llamada de relieve abatido o hundido que se ha empleado muy poco en el arte Paleolítico”, explica Joseba Rios Garaizar.

Con un útil de piedra se grabó sobre la superficie cortical de una lasca de sílex un pico corto, fino y puntiagudo, un ojo de pequeño tamaño y una posible línea ciliar, además del pecho representado con un trazo casi rectilíneo. Las alas aparecen enteramente desplegadas según una perspectiva plana con trazos paralelos que representan el plumaje. Por último, un pequeño trazado subraya las patas o la cola.

Un arte efímero

Esta obra es muy singular dentro del periodo auriñaciense, en el que aparecen las primeras manifestaciones artísticas en Europa occidental, y difiere de otras expresiones artísticas contemporáneas, como por ejemplo las de la cueva Chauvet (Francia), en que no fue hecho para perdurar.

A partir de este descubrimiento puede decirse que las manifestaciones artísticas y simbólicas auriñacienses no están, en consecuencia, exclusivamente vinculadas al fortalecimiento de las redes sociales o a las creencias, sino también a las expresiones creativas efímeras incluso lúdicas.