Sancionado un cazador que llevaba en el coche su rifle cargado
Un cazador de 29 años, procedente de una cacería autorizada en Palencia, fue sorprendido en un coto burgalés cazando ilegalmente
El Seprona de la Guardia Civil ha abierto expedientes sancionadores a un cazador de 29 años al portar en el interior del vehículo un rifle de caza municionado con un cartucho en la recámara y dispuesto para su uso. Agentes del Seprona tenían conocimiento de unas supuestas prácticas cinegéticas no autorizadas, que se llevaban a cabo en zonas limítrofes de las provincias de Burgos y Palencia.
Así el domingo 21 de febrero, último día hábil de la temporada de caza, con ocasión de una batida colectiva de caza mayor debidamente autorizada y desarrollada en la provincia de Palencia, agentes del Seprona comprobaban desde la provincia burgalesa como varios perros de rastro de una de las rehalas participantes se adentraba en demarcación de Burgos persiguiendo un jabalí. A la vez, percibían un todo terreno que a distancia iba siguiendo por los caminos a los perros.
La patrulla se dirigió al lugar, un paraje enclavado en un coto de caza mayor de la provincia, interceptando al vehículo e identificando a sus tres ocupantes, al entender que podían encontrarse realizando el ejercicio de la caza.
El conductor portaba en el interior del habitáculo destinado a los viajeros un rifle de cerrojo desenfundado, con un visor adaptado, municionado con cuatro cartuchos, uno de ellos en la recámara por lo que el arma estaba dispuesta para ser disparada. Por otro lado, uno de los acompañantes portaba un GPS, con el que detectaba la trayectoria seguida por los perros, localizándoles sin dificultad, como en esta ocasión que seguían y perseguían un jabalí.
Por supuestas infracciones a la Ley de Caza de Castilla y León, al portar un arma lista para su uso en el interior del vehículo y por cazar desde su interior, los hechos se han puesto en conocimiento del Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León en Burgos.
Modus operandi
El sistema de caza que estaban utilizando consiste en cortar el paso del jabalí perseguido por los perros de rastro. Los canes van siguiendo por instinto, durante kilómetros, a las piezas de caza, en especial jabalíes. Llegan a salirse hasta de su provincia, siempre seguidos por el cazador en su vehículo mediante el dispositivo indicado. Y, finalmente, el cazador abate cómodamente la pieza, en ocasiones sin tener que bajarse siquiera del coche.