‘Mil Encinas’ desarrolla un “novedoso” proyecto de terapia con animales
Sara Burgos y Pablo González han puesto en marcha un centro especializado de terapias asistidas con animales
Se ubica en Carcedo y es el primero de sus características no sólo en Burgos, sino también en Castilla y León
Ofrecen sesiones individualizadas, de una hora, con un tratamiento adaptado a las necesidades de sus usuarios
Se atienden a personas con discapacidad, enfermedades raras, problemas de conducta, adicciones o depresión
Dos caballos, tres perros y un gato, la reciente adquisición, conforman la familia con la que Sara Burgos y Pablo González trabajan en ‘Mil Encinas’, el primer centro específico de terapias asistidas con animales. Se ubica en Carcedo, a unos 8 kilómetros de la capital burgalesa, y ofrece una atención altamente especializada a personas con discapacidad, enfermedades raras, problemas de conducta, adicciones, depresión, miedo a los animales… y, en general, a todo tipo de colectivos que vean en su trato directo con los animales una forma de ayuda.
El proyecto nació en la mente de estos jóvenes hace un año, aproximadamente. ‘Mil Encinas’ venía trabajando en un centro ecuestre privado, lo que limitaba la actividad terapéutica que desarrollaba la asociación. Y es que Sara Burgos recuerda que estaban siempre condicionados al funcionamiento del propio centro. De ahí que tomasen la decisión de poner en marcha una instalación exclusivamente destinada a sus terapias asistidas con animales, y el pasado 15 de enero abría sus puertas el nuevo ‘Mil Encinas’, con una veintena de usuarios.
Se ofrece una atención individualizada, de la mano de un equipo multidisciplinar. Profesionales formados en la psicología y la educación, pero especializados también en el trato con animales. Pablo controla los perros y Sara, los caballos. El usuario marca su objetivo terapéutico y se prepara un programa apropiado para conseguirlo, seleccionando qué tipo de animal es el más adecuado para trabajar con esa persona, y realizando evaluaciones periódicas para ir incorporando cambios y actualizaciones, explica Sara Burgos.
Las sesiones son de una hora y, por el momento, individuales. Eso sí, ‘Mil Encinas’ se propone como objetivo a corto y medio plazo poder hacer sesiones en grupo, que pueden ser muy interesantes para trabajar conceptos como el tiempo de espera o el trabajo en equipo. También quieren incorporar nuevos animales, a los que formarán directamente Sara y Pablo, para que se adapten a sus necesidades, e incluso ampliar el tipo de actividades ofertadas, para que se pueda incluir ocio a personas con discapacidad, por ejemplo.
Entorno “privilegiado”
El centro está abierto tanto a niños como a mayores, si bien es cierto que cuenta con un mayor número de usuarios de los del primer tipo, reconoce Sara Burgos. En esos casos, se trata de plantear la terapia de la manera más “lúdica” posible, para que sea más un juego que un tratamiento al uso. Sara y Pablo aprovechan la “motivación” que ofrecen los propios animales y el lugar en el que se ubica su instalación, en un “sitio privilegiado”, en medio de la naturaleza, rodeado de encinas y “sin ruidos”.
Sara Burgos recuerda que ‘Mil Encinas’ está completamente adaptado a las necesidades de sus usuarios, apostándose en todo momento por la autonomía personal, sobre todo en los casos de personas con discapacidad. Además de los espacios dedicados a la terapia, el centro cuenta con un salón para que los padres puedan esperar tranquilamente a que terminen las sesiones, con una zona de lectura y una minicocina. También se ha habilitado una zona de juegos, para los peques, y varias aulas para realizar talleres, charlas y acciones formativas.