27-27. Un punto de oro en O Gatañal
Un latigazo de Juanlu Moyano sobre la bocina permite al Villa de Aranda sumar un empate que sabe a victoria en la difícil pista del Cangas
El conjunto ribereño se aprovecha del empate de Granollers y la derrota de Ademar
Un punto de oro. El Villa de Aranda rescató hoy un empate en la siempre complicada pista de O Gatañal. Y lo hizo, además tirando de casta y dejando un poso de victoria, por cuanto que la igualada llegó en el último suspiro. Un gol de Juanlu Moyano sobre la bocina ratificó la igualdad que se había visto sobre el sintético durante los 60 minutos y se convirtió en un epílogo perfecto para el conjunto ribereño, que continúa acechando los puestos europeos tras el empate de Granollers y la derrota de Ademar.
Ficha Técnica
27 – Frigoríficos Morrazo (14+13): Salazar (p), Simes (5), Pousada (1), Eijo (1), Cerqueira (3), Adrián Rosales (5), Barbeiro (1) -siete inicial-; Dopazo (p), Rubén Soliño (1), David Soliño (3), Casares (3), Krook (-), Da Costa (-), Muratovic (4), Chapela (-).
27 – Villa de Aranda (13+14): Rangel Luan (p), Moyano (6), Javi Muñoz (2), ‘Bicho’ (5), Moreira (1), Oswaldo (5), Padilla (1) -siete inicial-; Santana (p), Canyigueral (2), Peciña (3), Armi Part (1), Revin (1).
Parciales: 3-0, 6-2, 7-6, 11-9, 14-10, 14-13 (descanso); 15-16, 17-18, 19-20, 20-21, 24-25, 27-27 (final del partido)
Árbitros: Luque Cabrejas y Pascual Sánchez. Excluyeron dos minutos a Eijo, Cerqueira y Barreiro por el Frigoríficos Morrazo y a Canyigueral, Moreira (2) y Moyano por el Villa de Aranda.
Incidencias: Partido correspondiente a la décimo sexta jornada de la Liga Asobal disputado en el pabellón de O Gatañal de Cangas de Morrazo ante un millar de espectadores.
Mal arranque del Villa de Aranda, que vio cómo el Cangas desarbolaba buena parte de su capacidad ofensiva durante los primeros compases, en los que la defensa del conjunto gallego ganó casi todas las batallas, gracias, en parte, a la exhibición bajo palos de Salazar, que en los primeros diez minutos de partido se sacó de la manga hasta cinco paradas. Cierto es que el equipo ribereño abusó en los primeros compases de los lanzamientos desde media y larga distancia, pero también es cierto que el Frigoríficos Morrazo hizo su trabajo a la perfección.
Fruto de ese cerrojazo defensivo y del desconcierto inicial de los hombres de Cuétara, el Cangas consiguió imponer rápido las primeras ventajas. El parcial de 5-0 con el que arrancó el choque da buena muestra de ello. Fue entonces cuando el Villa de Aranda se activó. Y vaya si lo hizo. Oswaldo mejoró su puntería y el conjunto ribereño comenzó a correr cuando recuperaba y a buscar al pivote cuando atacaba en estático. Esa mejoría, sumada a dos paradas puntuales de Rangel, permitió al Villa de Aranda comenzar a recortar diferencias. Primero hasta los dos goles de desventaja (7-5) y luego, aprovechando las exclusiones de Eijo y Cerqueira, hasta la mínima expresión (8-7).
Sin embargo, y a pesar de que la bestia ya había despertado, el conjunto ribereño también vio lastrada su progresión con sendas exclusiones, primero de Canyigueral y más tarde de Moreira. La superioridad en pista permitió al Frigoríficos Morrazo volver a poner una distancia bastante cómoda en el marcador (13-9) en el minuto 20. Ahí llegó otro punto de inflexión. Y es que, de nuevo en igualdad de efectivos, el Villa de Aranda consiguió imponer poco a poco su juego colectivo y varias recuperaciones y latigazos consecutivos de ‘Bicho’ y Oswaldo hicieron el resto. Un parcial de 1-4 en los últimos compases de la primera parte sirvió para que el conjunto ribereño se marcharse al descanso con el partido totalmente abierto (14-13).
Tras el paso por vestuarios, el choque mantuvo la dinámica de los últimos minutos de la primera parte y fue el Villa de Aranda el encargado de poner el ritmo. Dos goles en apenas un suspiro hicieron que el conjunto amarillo se pusiera por primera vez por delante en el marcador (14-15) en el minuto 32, una situación que supuso un auténtico chut de adrenalina para los hombres de Cuétara, que superado ya el errático comienzo de partido, terminaron de desatarse, facilitando el desarrollo de un choque intenso, igualado, con alternativas para ambos y entretenido para el espectador.
La primera línea del Villa de Aranda funcionaba a la perfección y el equipo corría mucho y bien, acertando en la elección de los lanzamientos y superando con cierta comodidad a la defensa gallega, pero la efectividad bajo palos de Salazar seguía siendo más que destacada y por cada golpe ribereño llegaba otro de los locales, que no permitieron que el partido se escapara en ningún momento. Simes y Casares sostenían a los suyos y la diferencia no superó en ningún momento los dos goles a favor del equipo ribereño. Ni siquiera una llamada a filas de Cuétara consiguió el efecto buscado y dos malas acciones propiciaron que Cangas volviera a ponerse por delante a falta de apenas tres minutos (27-26).
Fue entonces cuando la emoción llegó a su punto álgido. Y es que, lejos de venirse abajo, el Villa de Aranda buscó y buscó hasta que Juanlu Moyano se sacó un postrero latigazo en la última jugada del partido para poner el empate definitivo en el marcador y asegurar un valiosísimo punto para su equipo, que parece haber iniciado la segunda vuelta con el mismo espíritu competitivo con el que acabó la primera. Habrá que ver si en las próximas jornadas consolida de manera efectiva su candidatura para pelear por los puestos europeos. La siguiente prueba de fuego será el miércoles en el Príncipe de Asturias frente el Bada Huesca.