2-0. La calidad del Sevilla marca la diferencia
A pesar de plantar cara, el Mirandés cae derrotado por 2-0 en el Sánchez-Pizjuán y afrontará el partido de vuelta de cuartos con escasas opciones
Un gol en el último minuto de Vitolo acabó condenando a los rojillos
Se antoja harto complicado el pase a semifinales. El CD Mirandés perdió esta noche buena parte de sus opciones de volver a hacer historia en la Copa del Rey tras caer derrotado en el Sánchez-Pizjuán en un partido con sabor agridulce. Dulce por la buena imagen del conjunto de Carlos Terrazas, pero muy agrio por el resultado, que deja al Sevilla en clara ventaja. Y lo hace, además, con ciertas dosis de crueldad, por cuanto que el segundo gol de los andaluces, que a la postre supone una auténtica losa, llegó en la última jugada del encuentro. Sin embargo, el Mirandés puede presumir de haber plantado cara a un equipo muy superior, que solo fue capaz de desnivelar el choque gracias a la calidad de sus hombres.
Ficha Técnica
Sevilla FC: David Soria; Mariano, Carriço, Kolo, Escudero; Iborra (Krychowiak, min.81), N’Zonzi; Reyes (Vitolo, min.72), Krohn-Dehli, Konoplyanka (Banega, min.60); y Gameiro.
Mirandés: Raúl; Galán, Gaffoor, Javi Cantero; Moreno, Rúper, Provencio (Néstor Salinas, min.56), Kijera (Eguaras, min.52); Sangalli, Abdón Prats y Carnicer (Álex García, min.65).
Goles: 1-0, min.19: N’Zonzi; 2-0, min.94: Vitolo.
Árbitro: De Burgos Bengoetxea (Colegio Vasco). Mostró tarjeta amarilla a los jugadores locales Kolo y Escuderoy a los visitantes Kijera, Abdón Prats, Gaffoor.
Incidencias: Partido correspondiente a la ida de los cuartos de final de la Copa del Rey disputado en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán de Sevilla ante 25341 espectadores. Unos 200 seguidores se trasladaron desde Miranda.
Sorprendió Terrazas con el once. Y es que, amén de los numerosos cambios introducidos por el vizcaíno respecto al último partido en Butarque, ubicó a Carnicer en el perfil zurdo del ataque, una apuesta que le salió bien. El jugador jienense fue quizá lo más destacado durante la primera parte de un Mirandés que en ningún momento se arrugó. Los de Anduva saltaron al césped del Sánchez-Pizjuan como ya lo han hecho en otros tantos grandes escenarios, sin complejos, con las líneas de presión muy adelantadas y con una intensidad que ya se ha convertido en su carta de presentación.
Fruto de esa propuesta, los rojillos dificultaron la salida del balón del Sevilla, que no terminó de sentirse cómodo durante todo el primer tiempo. Eso sí, el conjunto de Nervión tiene quilates de sobra y una verticalidad de la que pocos equipos en Primera pueden hacer gala. Gracias a esa verticalidad, en el momento en el que los hombres de Emery rompían la primera línea de presión, conseguían meter el miedo en el cuerpo. El incombustible Reyes ganó casi todas las batallas en las que se metió y acabó desquiciando a la zaga rojilla, mientras Gameiro, auténtico referente ofensivo de este equipo, buscaba cualquier hueco para hacer de las suyas.
Con todo, la primera ocasión clara del partido llegó a balón parado en el minuto 9. Krohn-Dehli botaba una falta lateral e Iborra remataba forzado un balón que acabó en saque de esquina. La respuesta del Mirandés, que no se amilanó, llegó dos minutos después a través de las botas de Carnicer. El de Linares aprovechó su posición a pierna cambiada para sorprender a toda la defensa sevillista y probar con un lanzamiento duro desde la frontal que se fue alto.
El partido se estaba jugando de tú a tú y, durante mucho tiempo, en campo del Sevilla. Pero entonces llegó el gol. Una vez más, los de Emery aprovecharon su efectividad a balón parado para hilvanar una jugada ensayada que acabó con cierta fortuna a los pies de N’Zonsi, que no perdonó a apenas dos metros de la línea de gol.
Lejos de darse por vencido, el Mirandés se vio espoleado a raíz del gol en contra y se hizo con el control del balón durante varios minutos, en los que, eso sí, pecó de cierta falta de profundidad. Abdón Prats probó fortuna con una falta escorada que no encontró rematador en el 23, mientras que Sangalli marró la más clara en el 27. Una gran jugada de Carnicer, que ganó línea de fondo tras dejar sentados a cuatro rivales, encontró conexión con el extremo donostiarra, que estrelló su remate en la cepa del poste. Todavía se está lamentando por su mala fortuna.
A partir de ahí, el partido ganó en intensidad y velocidad, que no en ocasiones. Sólo Kijera con un lanzamiento desde su casa, y Gameiro, que no llegó a culminar una contra perfecta, inquietaron a los porteros, al menos hasta los últimos compases de la primera parte, en los que Krohn-Dehli tuvo el segundo en sus botas con un lanzamiento desde la frontal con Raúl fuera de su sitio que se marchó fuera.
Mejor el Sevilla
Tras el paso por vestuarios, el desgaste físico pareció empezar a pasar factura a los de Terrazas, que en los primeros compases del segundo tiempo se vieron totalmente superados por un Sevilla consciente de la necesidad de ampliar la ventaja para ir a Anduva con cierta tranquilidad. Una vez más, Reyes y Gameiro fueron los principales estiletes del conjunto sevillista y generaron peligro cada vez que tocaron un balón. Sin embargo, en esta ocasión se encontraron con un inspirado Raúl. El joven cancerbero vizcaíno dio una exhibición en la segunda parte, anulando hasta cinco ocasiones clarísimas de Reyes, Iborra y Gameiro por partida triple.
Por su parte, el Mirandés, que también tuvo sus momentos, mejoró sus prestaciones con la salida de los hombres de refresco. Eguaras, Néstor Sanlias y Álex García le dieron un aire al ataque rojillo que había ido perdiendo con el paso de los minutos y consiguieron encerrar al Sevilla en su área durante varios minutos. El propio Eguaras protagonizó un centro que no encontró rematador, pero que se fue envenenando y acabó saliendo fuera por poco. También Moreno probó a Soria con un potente disparo desde la frontal en el 80.
Sin embargo, el Sevilla es mucho Sevilla, y lejos de conformarse con el 1-0, lo siguió intentando con insistencia hasta que encontró el premio del gol. Sería Vitolo quien, con el tiempo a punto de cumplirse, aprovechara un gran cambio de juego de Mariano para controlar dentro del área y batir una vez más a Raúl. Quizá, el de Bilbao ya había parado demasiado. Sea como fuere, el Sevilla acabó llevándose el gato al agua y la semana que viene visitará Anduva con la ventaja que le da el 2-0 de la ida. La montaña parece demasiado alta, pero soñar, de momento, sigue siendo gratis.