Una explosión de fantasía acompaña a los Reyes Magos

Miles de burgaleses arroparon una Cabalgata plagada de seres de otro mundo

Con los ojos como platos, los pequeños espectadores disfrutaron de Melchor, Gaspar y Baltasar antes de irse pronto a dormir

Una explosión de fantasía acompaña a los Reyes Magos Baltasar, Gaspar y Melchor portan la mirra, incienso y el oro a los pies del portal. JAQ

Los Reyes Magos disfrutaron de su gran fiesta, la Cabalgata, a la que volvieron a acudir en masa miles de burgaleses para escoltarles hasta el Teatro Principal. Es, sin duda, el colofón perfecto a la Navidad. Dos horas en las que la ciudad se traslada a un mundo de fantasía donde todo es posible.

No faltó a la cita un color, una melodía, una criatura que no formase parte de la Comitiva Real procedente del lejano Oriente. En total fueron diez las carrozas que desfilaron desde la Real y Antigua de Gamonal, a lo largo de toda la calle Vitoria, hasta llegar a la Plaza del Mío Cid, donde la afluencia de público se intensificaba.

Hasta cuatro toneladas de caramelos aptos para celiacos fueron lanzados desde las carrozas, provocando búsquedas incesantes a su paso. Además, medio millar de personas formaron parte de la Cabalgata 2016.

A la cama pronto

El acto más multitudinario de la Navidad no defraudó. JAQ

El acto más multitudinario de la Navidad no defraudó. JAQ

Fue el mensaje más repetido la víspera de Reyes. Pero antes, los padres que acompañaban a los más pequeños de la casa les arroparon en una tarde en la que la lluvia no hizo acto de presencia, pero sí una baja temperatura que no superó los tres grados. Bien ataviados con cazadora, guantes y gorro, niños y adultos esperaron expectantes el paso de sus Majestades y todo el fantástico séquito que cargaba toneladas de regalos a repartir durante la noche.

Junto al Teatro Principal, danzantes, pastorcillas, María y José, con un recién nacido Jesús, esperaban con emoción la llegada de los Reyes Magos, después de un largo viaje. Los protagonistas de la Cabalgata fueron recibidos entre aplausos y caras de admiración. Los Reyes pusieron fin a su viaje en el portal, en el que debían entregar el oro, el incienso y la mirra a un pequeño Jesús que descansaba en brazos de María.

Un mensaje para ser mejores

Sus Majestades volvieron a cumplir el ritual de subir hasta los personalizados balcones del Teatro Principal para dirigirse a los burgaleses. Al grito de Melchor, el más longevo de los Reyes se dirigió a los más pequeños para garantizarles que por sus manos habían pasado todas las cartas y que en ellas decían que habían sido buenos y habían obtenido notas altas.

Gaspar fue el siguiente. El mediano de los Reyes agradeció la acogida de Burgos porque, según reconoció, es la ciudad en la que más disfrutan. Y cerró la tarde de magia Baltasar. El rey africano se dirigió a una ciudad “abierta y acogedora” que puede estar agradecida por disfrutar de una gran calidad de vida. Pero, Baltasar aprovechó la ocasión para recordar a los menos afortunados que sufren en estas fechas y a los que se debe ayudar.

Imágenes realizadas por Josué Acosta Quintanilla