El alcalde Espinosa muestra su hartazgo ante una cadena de fuegos intencionados

Espinosa de los Monteros lleva toda la semana sufriendo fuegos provocados por individuos organizados

Fernández-Gil asegura que los ganaderos no están detrás de las quemas, sino que son los principales afectados

El alcalde critica que no se cuenta con agentes medioambientales, disponiendo sólo de un helicóptero y los voluntarios

El alcalde Espinosa muestra su hartazgo ante una cadena de fuegos intencionados El último de los incendios se iniciaba esta pasada madrugada. BC

En Espinosa de los Monteros y alrededores están muy “quemados”. La serie de incendios que se vienen sucediendo durante la última semana en la zona norte de España, en Asturias, Cantabria o País Vasco, también han llegado a Burgos. Fuegos intencionados, que atentan directamente contra la actividad ganadera, en este caso, reduciendo considerablemente la zona de pastos para la próxima temporada. Y es que, como recuerda el alcalde de Espinosa, Javier Fernández-Gil, la Ley de Montes prohíbe el pastoreo en zona quemada, con fuertes multas por incumplimiento de la normativa.

A principios de semana, uno de los incendios de Cantabria se pasó para la zona de Las Machorras. En Nochebuena prendieron otro. Y el último fuego, esta pasada madrugada, aunque ya está extinguido. Son incendios iniciados por personas que conocen bien el monte y que están “organizadas”, explica Fernández-Gil, no por los ganaderos, como se ha asegurado en los casos de la zona norte del país. Los prenden de noche, a sabiendas de que poco pueden hacer los servicios de extinción de incendios hasta que salga el sol. Además, para apagarlos apenas se cuenta con un helicóptero, los voluntarios de Espinosa y gente del pueblo.

Fernández-Gil asegura que los principales afectados son los ganaderos, que pierden pastos

El alcalde insiste en que no han visto a ningún agente medioambiental cuando han dado los avisos de incendio. Se llama al 112, viene la Guardia Civil, los bomberos voluntarios de Espinosa, incluso los de Medina de Pomar, pero nada más. Y como los vehículos con los que se cuenta son urbanos, pues las labores de extinción se hacen desde la carretera, siendo los voluntarios, ganaderos y vecinos los que se adentran en el monte para apagar las llamas. Él mismo, junto con el teniente de alcalde, han estado colaborando en las labores de extinción durante los últimos días.

Graves consecuencias

Los fuegos afectan a monte bajo, brezo y maleza, así que se corre cierto peligro en la extinción. Algún ganadero, algún voluntario y el propio alcalde han acabado con quemaduras en manos y cara, leves, pero ahí están. Y mientras, nadie hace nada para evitar estos sucesos, que ya se sabía que se iban a producir, y que seguirán dándose hasta que haya aviso de lluvias, asegura Fernández-Gil. Los ganaderos están cada vez más cabreados, porque ven día a día cómo se reducen sus pastos. Incluso alguno ya ha tomado una decisión drástica: deshacerse del ganado porque, sin pastos, no hay beneficio. 

Así las cosas, Fernández-Gil apuesta por solicitar una reunión con Medio Ambiente para intentar encontrar una solución al problema. La petición la tramitarán a partir del lunes, e intentarán que en el encuentro puedan estar también presentes los ganaderos. Hasta entonces, no queda otra que ir apagando los fuegos que se van iniciando, ya que los de esta semana no serán los últimos, comenta el alcalde. Y es que estos días de Navidad son muy propicios para este tipo de actos delictivos, lo que se une a la luna llena de la que hemos disfrutado y a la ausencia de lluvias, comenta Fernández-Gil.