Luces y sombras en el proceso de recuperación de la economía burgalesa

El informe del tercer trimestre del Colegio de Economistas de Valladolid arroja datos positivos y negativos sobre la recuperación económica en Burgos

Muchas de las dudas están basadas en la inestabilidad del mercado de trabajo

Las exportaciones y el sector turístico mejoran sus comportamientos

Las grandes cifras macroeconómicas hablan del inicio efectivo de una recuperación económica en todos los ámbitos territoriales del país, y la provincia de Burgos no es ajena a esa tendencia. Sin embargo, el proceso continúa plagado de dudas, condicionadas en gran medida por las variables externas (política, estabilidad internacional, etc), pero también por las características propias de la estructura económica burgalesa, que comenzó a sufrir los efectos de la crisis más tarde que otros territorios. Un retraso que parece estar teniendo su reflejo una vez iniciada la recuperación. Así al menos lo atestiguan las conclusiones extrapoladas por el Colegio de Economistas de Valladolid tras el estudio de las principales variables económicas de la comunidad.

Uno de los mayores condicionantes continúa siendo la constante pérdida de población activa

Quizá, los datos más relevantes del estudio son los que afectan de lleno al mercado de trabajo, un ámbito en el que Burgos atraviesa una posición relativamente cómoda. Al menos si comparamos el punto de partida con el que presentan otros territorios. Sin embargo, la constante pérdida de población activa hace que la tasa de actividad haya caído en la provincia un 3,89 por ciento respecto a los datos de septiembre de 2014, una situación que sin duda condiciona el resto de las estadísticas. Básicamente, cada vez hay menos personas en edad y condición de trabajar. De hecho, el informe destaca que el 21,97 por ciento de los vecinos de la provincia tiene más de 65 años, lo que supone uno de los índices de envejecimiento más altos de España, pero menor que la media de Castilla y León.

A partir de ahí, la provincia presenta una tasa de empleo (porcentaje de personas que estando en edad de trabajar lo hacen) del 48,07 por ciento, lo que supone dos puntos y medio más que la media de Castilla y León,  pero 1,6 puntos menos que hace un año. Este aspecto concreto es uno de los que ponen en cuestión el ritmo de recuperación, ya que la tendencia está teniendo peor comportamiento en Burgos que en otras provincias de la comunidad. Lo que no cambia en casi ningún sitio es la escasa calidad del empleo generado en los últimos meses. Y para muestra un botón. Más del 92 por ciento de los nuevos puestos de trabajo tienen carácter temporal, una situación que habla a las claras de las dudas que todavía hay en torno a la recuperación.

25.061 parados

Eso sí, la tasa de paro continúa moviéndose en ratios muy inferiores a los que presentan otros territorios. Así, a finales de septiembre, la Encuesta de Población Activa otorgaba a Burgos una tasa de paro del 16,12 por ciento (un 14 por ciento menos que un año antes), ligeramente inferior a la media regional. En total, 25.061 personas continúan inscritas como demandantes de empleo en las oficinas del Ecyl.

Las luces y las sombras también se extienden a otros ámbitos económicos, como el relativo al comercio exterior, en el que Burgos ha mejorado sensiblemente su posición. Así, se ha producido un incremento de las exportaciones en la tasa interanual de septiembre al situarse en los 311 millones de euros lo que implica una subida del 18,07 por ciento interanual y de un 11,07 por ciento respecto al mes anterior.

Buenos datos turísticos

También ofrece buenos datos el sector turístico provincial, al menos en la comparativa con Castilla y León, un mercado que sigue liderando en número de visitas. De hecho, en el mes de septiembre se han registrado incrementos en el número de viajeros y pernoctaciones interanuales del 3,76 por ciento y del 4,16 por ciento, respectivamente. En esta caso, la sombra la arrojan los datos referentes a la otra pata del sector, ya que en el último año se han cerrado varios alojamientos y ha disminuido el número de plazas totales, lo que a la postre ha implicado también una reducción en el número de trabajadores del sector.

Con estos datos sobre la mesa y las incógnitas políticas que todavía sobrevuelan España tras las elecciones generales, los agentes económicos burgaleses afrontan el 2016 con muchas dudas. Sí, la recuperación parece ser ya un hecho, pero todavía queda mucho para ratificarla y trasladarla a los hogares.