38-26. Demasiado Barcelona para cualquiera

El Villa de Arnada suma una abultada derrota en el Palau Blaugrana a pesar de haber dejado muestras de su gran nivel durante la primera parte

Los hombres de Xavi Pascual anotaron 25 goles en la segunda mitad, dejando clara la diferencia que mantienen con el resto de la Aosbal

38-26. Demasiado Barcelona para cualquiera Rangel Luan dio una exhibición en los primeros minutos. FCB

Durante treinta minutos, lo imposible se antojó posible. Justo el tiempo que el Barcelona quiso. El Villa de Aranda obligó hoy al que está considerado por muchos como el mejor equipo del mundo a bajar a la mina y trabajar para sumar su septuagésimo cuarto triunfo consecutivo en la Liga Asobal. Un triunfo basado en la incontestable superioridad del conjunto azulgrana que, a pesar de todo, fue puesto en entredicho por un aguerrido y ordenado Villa de Aranda en la primera parte. A pesar de la abultada derrota final, los calificativos se quedan cortos para hablar del nivel que está demostrando el equipo de Jacobo Cuétara esta temporada.

Ficha Técnica

38 – FC Barcelona Lassa (13+25): Saric (p), Noddesbo (1), Kopljar (3), Ariño (4), Gurbindo (4), Ruesga (1), Jallouz (2) -siete inicial-; Pérez de Vargas (p), Víctor Tomás (6), Entrerríos (2), Sorhaindo (-), Sigurdsson (8), Syprzak (5), Rey (-), Dujshebaev (1), Lazarov (1).

26 – Villa de Aranda (14+12): Rangel Luan (p), Part (1), Moyano (2), Javi Muñoz (5), ‘Bicho’ (6), Revin (3), Oswaldo (3) -siete inicial-; Luis Lucía (p), Canyigueral (2), Peciña (-), Megías (1), Moreira (1), Perrella (1), Cakic (1).

Parciales: 1-1, 3-5, 4-6, 7-9, 9-11, 13-14 (descanso); 18-15, 21-18, 25-18, 31-20, 33-22, 38-26 (fin del partido).

Árbitros: Hermoso del Amo y Monjo Ortega (Colegio Madrileño). Excluyeron dos minutos a Syprzak por el Barcelona y a Moreira por el Villa de Aranda.

Incidencias: Partido correspondiente a la décimo tercera jornada de la Liga Asobal disputado en el Palau Blaugrana de Barcelona ante unos 800 espectadores.

Tras ganar al Naturhosue la semana pasada, los ribereños visitaban el Palau con la confianza por las nubes, pero conscientes de que ganar al Barcelona es hoy en día un cuento de fantasía épica. Sin embargo, el objetivo no era sumar, sino simplemente hacer un buen papel. Y vaya si lo hicieron. La sólida defensa interpretada por los ribereños en los primeros compases anuló parte de la capacidad ofensiva del Barcelona, que saltó al sintético con un ritmo muy inferior al que acostumbra, motivado quizá por el desgaste físico del partido de Champions frente al Kolding disputado el domingo.

La solidez defensiva del conjunto ribereño, sumada al acierto bajo palos de un inspirado Rangel Luan en los primeros compases, permitió al Villa de Aranda alcanzar el imposible y jugar de tú a tú frente al todopoderoso Barça, que por momentos parecía ser de este mundo. A los azulgrana les costaba encontrar el lanzamiento cómodo, y la primera línea apenas era capaz de inquietar al equipo ribereño, una circunstancia de la que el Villa de Aranda sacó gran provecho. En el minuto seis, el Villa de Aranda se ponía por delante, una situación que se prolongaría durante 20 minutos, en los que el equipo ribereño dispuso de rentas de entre uno y dos goles (9-11).

Y en esas llegó el descanso. Un momento en el que más de uno tuvo que frotarse los ojos ante lo que estaba viendo. Y es que, el Villa de Aranda se marchó a vestuarios con un gol de ventaja (13-14). Ahí es nada. Sin embargo, poco tardaría el Barcelona en devolver al mundo real a los hombres de Cuétara. Un inicio fulgurante del conjunto azulgrana, que aprovechó la exclusión de Moreira para sellar un parcial de 5-1, acabó de golpe y porrazo con los sueños de los aficionados ribereños (18-15). Fue bonito mientras duró. Eso sí, hasta ese momento, los hombres de Cuétara ya habían cumplido con el principal objetivo del choque y habían obligado al Barcelona a ponerse el mono de trabajo y bregar para prolongar su increíble racha de imbatibilidad.

El problema es que los hombres de Pascual se lo tomaron quizá demasiado en serio a partir de entonces. La calidad de figuras como Sigurdsson, Víctor Tomás o Syprzak brilló ante la falta de acierto de Jallouz, tan determinante en otras citas, y acabó con toda resistencia ribereña en un visto y no visto. En el momento en el que los azulgrana pisaron de verdad el acelerador, la diferencia fue abismal y en menos de diez minutos firmaron un impresionante parcial de 8-0 que, obviamente, sentenció el choque (29-18).

Del resto, poco más que contar. Visto el panorama, Cuétara cumplió con el guión escrito previamente, profundizando en las rotaciones con el objetivo de tener a todos los jugadores al cien por cien antes de afrontar la decisiva semana en la que el equipo se jugará la clasificación de la primera vuelta y el pase a la siguiente ronda de la Copa del Rey. Al final, una abultada derrota que quizá no haga justicia a lo visto en la primera parte, pero que demuestra de forma meridiana que el Barcelona está a otro nivel muy diferente del resto de la Asobal.