El Ayuntamiento nombra a Luis Alfonso Manero como secretario general
Lacalle ha resuelto la convocatoria pública a favor del actual secretario provisional, casi un año después de su nombramiento
La decisión se basa en su “larga trayectoria”, con puestos de responsabilidad en la Diputación y el Ayuntamiento de Aranda
Manero ha sido una figura controvertida desde el principio y ha contado con el rechazo de partidos, compañeros y plantilla
Con meses de retraso y tras encadenar numerosos obstáculos administrativos, el Ayuntamiento de Burgos ha resuelto por fin la convocatoria pública abierta para la designación del nuevo secretario general del Pleno, en sustitución de Juan Antonio Torres Limorte, que se jubilaba el 1 de diciembre de 2014. Haciendo uso de sus competencias en nombramientos de libre designación, el alcalde, Javier Lacalle, ha optado por Luis Alfonso Manero, actual secretario provisional, en base a su “larga experiencia” profesional.
Según han informado desde el Consistorio a través de una nota de prensa, Manero “cumple con los requisitos y es acorde con las determinaciones de la Relación de Puestos de Trabajo aprobada por el Ayuntamiento”. En esa amplia trayectoria, Manero ha sido jefe del Servicio de Asesoramiento Jurídico a Municipios en la Diputación Provincial, secretario del Ayuntamiento de Aranda de Duero, oficial mayor de la Diputación y ha realizado funciones jurídicas en el Instituto Municipal de Cultura.
Entre su amplio currículo figura también la autoría de la Guía del Gobierno Local, publicada en 2011, de referencia en ámbitos municipales, así como la labor docente y formativa que ha desempeñado en el Instituto Nacional de Administración Pública, la Federación de Municipios y en otros organismos públicos y privados, en numerosos campos administrativos, urbanísticos, de normativa local, contratación del sector público…
Un año
Manero era designado como secretario provisional del Ayuntamiento de Burgos a principios de diciembre del año pasado, una vez se jubilaba José Antonio Torres Limorte. El nombramiento levantó gran revuelo entre entre los grupos políticos de la oposición, pero también entre la plantilla municipal, llegando incluso el malestar al vicesecretario (Francisco Javier Pindado) y al propio Torres Limorte. En todos los casos se criticaba la elección de una persona que, se aseguraba, estaba vinculada directamente al Partido Popular y a Javier Lacalle.
Tras meses de protestas, el Equipo de Gobierno tomaba la decisión de sacar a concurso público la plaza de secretario general. Se presentaron hasta 5 candidatos, incluido Pindado. Sin embargo, cuando llegó el momento de resolver la convocatoria, el Ayuntamiento se encontró con que no había ningún funcionario público, de habilitación nacional, dispuesto a dar fe del acto. En la Diputación se negaron y, cuando el Equipo de Gobierno buscó en el Consistorio, se encontró con numerosas negativas. Finalmente, se tuvo que echar mano de la Junta de Castilla y León.
La decisión final la ha tomado el alcalde, como corresponde por ser un cargo de libre designación, un hecho que ha sido fuertemente criticado por la oposición. Entres las diferentes propuestas planteadas, el PSOE llegó a pedir que fuese un órgano colegiado, formado por funcionarios del mismo nivel, el que tomase la decisión o que, al menos, el alcalde se asesorase a través del mismo. El objetivo último de esta propuesta era evitar un nombramiento “a dedo”, que luego pudiese llegar a ser denunciado ante los tribunales, si el resto de los candidatos no consideraba justificad la decisión.