El Consorcio de Villalonquéjar vende tres parcelas y alivia su deuda un 1,3%

El Consorcio del polígono de Villalonquéjar ha aprobado la venta de 3 parcelas por valor conjunto de 1,35 millones de euros para tres proyectos burgaleses

Se intentará reestructurar la parte de la millonaria deuda que vence en 2016

Se mantienen negociaciones con 24 empresas para vender suelo industrial

El Consorcio de Villalonquéjar acaba de aprobar la enajenación de tres parcelas en la ampliación del polígono por un valor conjunto de 1.350.000 euros, un dinero que permitirá aliviar levemente la deuda que aún arrastra el ente. Según ha explicado tras la asamblea semestral del Consorcio el alcalde de la ciudad, Javier Lacalle, con esta operación se da respuesta al interés suscitado por tres empresas burgalesas, dedicadas a la logística, el transporte y los extintores, que han adquirido tres parcelas de 5.800, 8.100 y 10.000 metros cuadrados de superficie para ampliar sus respectivos negocios. Entre los tres proyectos se prevé una inversión de unos 4 millones de euros y la creación de alrededor de 25 empleos

Ten Brinke ya ha depositado el aval de 60.000 euros para una parcela comercial de 20.000 metros cuadrados

Pero con esta operación, que se suma a la aprobada en la última asamblea del Consorcio y que dio salida a otras dos parcelas, apenas se ha conseguido reducir un 1,3 por ciento la deuda que arrastra el ente. Una deuda que, en mayo recibió un balón de oxígeno al conseguir un aplazamiento hasta julio de 2016 para las amortizaciones de capital a las que se tenía que hacer frente ya en este 2015. El problema está en que ese aplazamiento tiene todos los visos de no ser suficiente. Y es que, aunque el mercado está empezando a dar señales efectivas de movimientos inversores, el volumen de la deuda es tal que se antoja imposible asumir el pago de esos vencimientos el año que viene.

Por eso, la reunión del Consorcio celebrada esta mañana ha servido para profundizar en la idea de trabajo ya puesta sobre la mesa en los últimos años. Hay que volver a reestructurar las deudas con las entidades bancarias mientras se hace lo posible por enajenar parcelas, ingresar dinero por ello y, consecuentemente, reducir el volumen de esa deuda. Respecto al primer punto, poco que decir, salvo que a lo largo de los próximos meses “habrá muchas reuniones” en las que se intentará dar una salida a la necesaria reestructuración en las mejores condiciones posibles para asegurar la viabilidad del Consorcio a largo plazo.

24 proyectos

Respecto al segundo, sólo queda seguir trabajando para intentar consolidar el interés que está suscitando la ampliación del polígono. Un interés que, según ha subrayado el alcalde, se está “concretando” poco a poco. De hecho, el Consorcio tiene sobre la mesa un total de 24 propuestas en mayor o menor grado de ejecución, pero concretas al fin y al cabo.

Sin duda, la de mayor envergadura es la planteada por Ten Brinke tiempo atrás para ejecutar un proyecto de carácter comercial en una de las grandes parcelas del polígono. A falta de materializar la compra, la empresa ya ha depositado el aval correspondiente para adquirir un terreno de 20.000 metros cuadrados tasado en 4,2 millones de euros. A partir de ahí, se confía en que a lo largo de los próximos meses se confirme un proyecto que implica una inversión de más de 25 millones y la creación de entre 150 y 180 puestos de trabajo.

Propuestas “solventes”

El resto de propuestas con las que se trabaja actualmente son más modestas, pero también importantes, ya que en todo caso se trata de proyectos “solventes” que “en algunos casos” están muy avanzados. De hecho, alguna de las empresas ya ha realizado los correspondientes estudios geotécnicos, por lo que se espera que muchas de esas propuestas acaben fructificando en el primer semestre del próximo año.

En total, ahora mismo permanecen disponibles 123 de las 145 parcelas en las que se dividió la ampliación del polígono, un proyecto urbanístico planteado en épocas de bonanza cuya conclusión coincidió con el estallido de la crisis. La caída de la actividad, sumada a las trabas para acceder al crédito, ha supuesto una losa para el desarrollo del polígono y la venta de parcelas, lo que ha impedido afrontar tal y como estaba previsto el pago de las deuda generada por la urbanización.