Diego Hidalgo: “El fracaso está muy mal visto en España”

El director ejecutivo de ‘Amovens’, Diego Hidalgo, ha conseguido en seis años una importante cuota de mercado, formada por casi medio millón de usuarios

Su proyecto es el más claro ejemplo de que se puede emprender en época de crisis y tener éxito

Diego Hidalgo: “El fracaso está muy mal visto en España” Diego Hidalgo durante la entrevista. JAQ

Diego Hidalgo es una rara avis de emprendedor de éxito que ha hecho de una empresa de transporte colaborativo, ‘Amovens’, un servicio de referencia con casi medio millón de usuarios. Para llegar hasta este punto, Hidalgo, mitad francés, mitad español, ha necesitado seis años de trayectoria. Actualmente, ha fusionado ‘Amovens’ con una empresa danesa para establecerla en tres nuevos países nórdicos y su crecimiento sostenido le ha permitido absorber usuarios descontentos con su gran competencia ‘Bla Bla Car’.

A pesar de haber vivido de primera mano la multitud de trabas a las que se ha de enfrentar un emprendedor, Hidalgo anima a la gente con inquietudes a realizarlas, siendo conscientes de las dificultades que tendrán que superar, una vez el periodo de ilusión inicial desaparezca.

El director ejecutivo de ‘Amovens’ ha atendido a BurgosConecta para hablar de emprendimiento, conflictos con empresas de transporte público y hasta de su competencia.

¿Qué implica realmente ser emprendedor y qué dificultades ha vivido?

Es verdad que el fracaso está muy mal visto en España y tener una segunda oportunidad no es fácil. Yo animaría a la gente a que saliera de su comodidad e intentara emprender que es algo muy sano. Lo que no es sano es quedarse en su zona de confort y no intentar lanzarse si uno de verdad cree que tiene algo que aportar. Aunque también les explicaría que es algo difícil, que nadie te ayuda y que realmente te encuentras con tantas trabas en el camino que hay que saber que tras la ilusión inicial va a haber una larga lucha. Lo cierto es que hay que creer en la utopía y ser un poco inconsciente al principio porque si fueses de verdad consciente no lo harías. No es un camino de rosas desde luego.

¿Cómo le surge la idea de poner en marcha ‘Amovens’?

‘Amovens’ nace en 2009 cuando España estaba en plena crisis y ahorrar en los desplazamientos era una gran propuesta

Siempre había querido montar una empresa y mi motivación inicial era que fuese social, es decir, una empresa que no solo pudiese ser viable financieramente, sino que también pudiese aportar algo útil a la sociedad. El otro factor fue la entrada en la crisis y pensé, si además la empresa ofrece algún servicio que encaja bien en el contexto y tiene alguna dimensión contracíclica, como permitir a los usuarios ahorrar dinero, será un punto adicional. En ese momento pude ver que había países en los que compartir coche se estaba convirtiendo en una práctica común y pensé por qué no en España. La gente pensaba que era una locura porque los españoles son demasiado individualistas, pero hemos visto, afortunadamente, que en los últimos años la cosa ha cambiado mucho.

¿En qué países se utiliza ‘Amovens’?

Recientemente nos hemos fusionado con una empresa danesa y ahora operamos, además de en España, en Dinamarca, Noruega y Suecia. Además, en unos meses lanzaremos ‘Amovens’ en Francia.

¿Con qué capital parte para hacer realidad el proyecto?

Creo que el capital inicial de la empresa fueron como 50.000 euros, aproximadamente. Para mi era una barbaridad entonces y luego te das cuenta de que necesitas muchísimo más de lo que piensas inicialmente. Luego fui consiguiendo algo más de inversión y el crecimiento exponencial llega hace solo un año y medio. Curiosamente, no ha sido solo a base de inversión, hay otras formas de crecer. Nosotros tenemos presupuestos de marketing que seguramente sean 130 veces menores que los de nuestra competencia (por ‘Bla Bla Car’), y aún así crecemos mucho más rápidamente en términos relativos. También hay que saber aprovechar el hueco que uno tiene en el mercado, el boca-oreja y los mecanismos sociales para ir creciendo.

¿La inversión de partida venía avalada algún mecenas?

El capital de partida fue una mezcla de ahorros míos y una mezcla de ‘friends, family and fools’ (al español amigos, familia y tontos). Después conseguí un préstamo. Pero actualmente, tras la fusión sí que tenemos fondos de inversión más potentes detrás y hemos alcanzado varios millones de euros. Puede parecer mucho dinero para un emprendedor que está apenas empezando, pero en España es muy difícil conseguir inversión cuando no se ha traccionado todavía y es muy difícil traccionar sin inversión, así que es un pez que se muerde la cola.

Antes de la fusión, ¿cuántos trabajadores tenía ‘Amovens’?

Ser emprendedor es ser un yo-yo incómodo, no siempre es lineal

Francamente, eramos como cuatro o cinco personas solo. Nuestro número de personas ha ido subiendo y bajando dependiendo del momento de financiación en el que estábamos y la actividad de la empresa. Ser emprendedor es ser un yo-yo incómodo, no siempre es lineal, aunque ahora sí que estamos en la fase de expansión más constante y somos unas cuarenta personas en total, en España siete u ocho.

¿Cuáles son las principales diferencias de ‘Amovens’ con ‘Bla Bla Car’?

Se pueden resumir en dos, principalmente. La primera es que quizá ‘Amovens’ ofrece un servicio más colaborativo y más democrático porque tenemos claro que una gran parte de ‘Amovens’ está construido por la comunidad. Yo creo que este espíritu lo perciben los usuarios y ha sido una de las cosas que ha hecho que crezcamos mucho en el último año. La otra diferencia es que ‘Amovens’ no solo ofrece servicios de coche compartido, sino que ha diversificado su actividad y ahora ofrecemos tres servicios clave. Por un lado, nuestra gran base, que es compartir trayectos en coche, por otro, el alquiler de coche entre particulares y un servicio que se llama ‘Free car’ que es una especie de ‘renting’ muy flexible, en el que ofrecemos a nuestros usuarios un coche nuevo por el que paga cada mes una cuota que incluye el seguro y el mantenimiento.

¿Está el sector del transporte en pie de guerra también con ‘Amovens’?

Tenemos entre nuestros clientes a ayuntamientos y administraciones de todo tipo

Con los taxistas no hay ninguna polémica porque la gente empezó a entender que no competíamos en ningún caso con los taxis. ‘Amovens’ sirve para larga distancia o para viajes diarios del domicilio al trabajo, supuestos en los que no vas a coger un taxi. Yo cojo taxi todos los días. Por otro lado, está claro que nuestro modelo es legal, es más, no solo es que nos tolere la administración pública, sino que además colaboramos mucho con ellos aportando servicios y fomentando el coche compartido. Tenemos entre nuestros clientes a ayuntamientos, comunidades autónomas y administraciones.

En ese sentido, efectivamente la polémica más aguada es la de los autobuses, aunque no entiendo muy bien por qué, ya que no nos ha demandado nadie. La verdad es que como emprendedor tienes el tiempo limitado y pragmáticamente me alegro que no nos afecte directamente. Pero me parece una polémica bastante absurda. Entiendo perfectamente que siempre es incómodo tener cosas disruptivas en tu negocio y que para los buses tener un sustituto así que no veían venir puede ser incómodo. Sin embargo, en otros países nosotros somos ‘partners’ de las empresas de autobuses. En Dinamarca colaboramos activamente con ellos. La gente puede encontrar billetes de autobuses a través de la web y es un servicio más que ofrecemos. En definitiva, nosotros lo que hacemos es ayudar a racionalizar el uso del coche a donde el transporte público no llega.

 ¿Ha intentado llegar a un acuerdo con las empresas españolas?

Sí, repetidamente he intentado contactar con las empresas de autobuses sin éxito ninguno, pero la verdad es que cuando una puerta está cerrada tampoco vas a intentar machacarte demasiado. Es una pena porque la verdad es que creo que habría opciones de colaborar.