Gil Hellín se despide de la Diócesis de Burgos después de 13 años de ministerio
El actual arzobispo de Burgos, Francisco GIl Hellín, se despide de la Diócesis con una multitudinaria homilía una semana antes del nombramiento de Fidel Herráez
Gil Hellín ha agradecido a todos los miembros de la Diócesis su entrega durante los últimos 13 años y ha lamentado la “crisis” espiritual
“Gracias de todo corazón”. Visiblemente emocionado y sin abandonar su habitual verbo cadencioso, el todavía arzobispo, Francisco Gil Hellín, se ha despedido hoy de la Diócesis de Burgos después de 13 años de trabajo. Y lo ha hecho como no podía ser de otra forma, dirigiendo una homilía a los feligreses congregados para la ocasión en el Altar Mayor de la Catedral. Hasta allí se han acercado centenares de personas, incluyendo varias autoridades civiles, militares y religiosas. En este último grupo destacaba la presencia del obispo de Pamplona, Francisco Pérez, el administrador diocesano de Palencia o el obispo de la Archidiócesis de Guitega-Burundi, monseñor Simon Ntamwana, que mantiene una estrecha relación con Burgos.
El próximo sábado tomará posesión del cargo el nuevo arzobispo, Fidel Herráez
El próximo sábado tomará posesión del cargo el nuevo arzobispo, Fidel Herráez
Todos ellos han participado de una cita a la que también han acudido los principales miembros de la Diócesis burgalesa y multitud de feligreses, que han querido acompañar a Gil Hellín en su despedida particular. Y es que, hace apenas unas jornadas, la Santa Sede nombraba a Fidel Herráez nuevo arzobispo de Burgos en sustitución de una figura que ha encabezado a la Iglesia burgalesa durante la última década.
Tal y como ha recordado Gil Hellín en su homilía, “a finales de 2001 comenzó a rumorearse en Roma” que Juan Pablo II había pensado en él para hacerse cargo de la Diócesis de Burgos, un rumor que se confirmó el 28 de marzo de 2002. Dos meses después, Gil Hellín, nacido en La Ñora (Murcia) en 1940, tomaba posesión del cargo.
Desde entonces, su principal anhelo fue trabajar todo lo posible para recuperar una espiritualidad que entiende que la sociedad está perdiendo. “Nos está tocando vivir un momento de declive sociológico y espiritual” y “la secularización se deja sentir, como demuestra la crisis de tantos matrimonios y el alejamiento de la práctica religiosa de las nuevas generaciones”, ha asegurado durante la alocución. Esa “crisis” de espiritualidad también está dejándose sentir en las nuevas vocaciones, cada vez menos numerosas. “¡Cómo me hubiera gustado ver el seminario con abundantes candidatos!”, ha lamentado.
Despedida y sustitución
Sea como fuere, el arzobispo saliente ha querido agradecer a todos los miembros de la Iglesia su trabajo durante todos estos años. “Soy consciente de mis limitaciones y mis errores, pero ellos no han sido obstáculo para que vosotros hayáis sido durante estos trece años la razón de ser de mi vida y de mi ministerio. Os he querido de verdad, he rezado por vosotros, me han alegrado vuestras alegrías y me han dolido viestras penas”, ha asegurado
Pero ahora toca decir adiós, dar un paso atrás y ceder el testigo a Fidel Herráez, que tomará posesión del cargo el sábado que viene en un solemne acto para el que ya han confirmado su presencia 37 altos representantes de la Iglesia, incluido el nuncio apostólico en España, Renzo Fratini o el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Blázquez.