Lacalle confía en aprobar de manera provisional el Presupuesto en diciembre

El alcalde afronta las negociaciones con un optimismo “moderado y prudente”, siendo consciente de las dificultades

Los grupos tendrán que llegar a acuerdos para “cuadrar” los ingresos con los gastos, el primer gran reto del documento

La reducción de ingresos deja poco margen a las propuestas políticas pero se podrán incluir inversiones pactadas

Dos son los retos a los que se enfrenta la corporación municipal a la hora de elaborar los Presupuestos del Ayuntamiento de Burgos para 2016. En primer lugar, cuadrar técnicamente el documento. En segundo, llegar a un acuerdo político para aprobar las nuevas cuentas, evitando que la ciudad tenga que funcionar el próximo año con un presupuesto prorrogado. El alcalde, Javier Lacalle, asegura afrontar ambos retos con un “optimismo moderado y prudente”, ya que es consciente de que la tarea “no es fácil, ni en el fondo ni en la forma”, pero ve “voluntad” de acuerdo por parte de todos los grupos municipales.

Acompañado por Salvador de Foronda, el alcalde entregaba ayer a PSOE, Imagina, Ciudadanos y Silvia Álvarez de Eulate la documentación elaborada por los técnicos municipales, en la que se concretaban cuáles son los ingresos previstos para el próximo año y cuáles los gastos comprometidos. Lacalle asegura que se ha hecho una “estimación prudente y austera” de los ingresos, que se quedarían en 179,7 millones de euros, alrededor de 19 millones menos que el pasado año, frente a unos gastos comprometidos de 154 millones, y una estimación de un gasto total de 202 millones.

El desfase inicial entre ingresos y gastos supera los 24 millones de euros, así que habrá que negociar

Con la bajada de ingresos vinculados al IBI, plusvalías o Basuras, por ejemplo, en esta ocasión encontrar un equilibrio entre ingresos y gastos va a ser especialmente “complicado”, reconoce el alcalde. Y es que existen gastos que no se pueden soslayar, como la prestación de servicios, Personal, la amortización de la deuda, que “cuestan lo que cuestan”, o las obras “a caballo entre los dos ejercicios”. Esos son los 154 millones “comprometidos”. A ello habrá que sumar otros compromisos adquiridos, como los acuerdos de Personal, y revisiones de partidas. De ahí salen los 202 millones.

Importante “desfase”

Sin embargo, el alcalde recuerda que proyectos como las obras de Las Rebolledas o las subvenciones a Villatoro no se incluyen en el documento pasado a los grupos porque son compromisos “políticos” pero no administrativos. Aún así hay que tenerlos en cuenta. Y aunque “limitada” sí que existe cierto recorrido para plantear nuevas inversiones, aunque nunca serán grandes proyectos o intervenciones. Por todo ello, Lacalle insiste en que el desfase inicial entre ingresos y gastos es mayor a esos 24 millones de euros que se desprende de los documentos de los técnicos.

Las nuevas cuentas “no dan lugar a mucha improvisación” y la capacidad de decisión política será “poca”, reconoce el alcalde. Así que el trabajo que les espera a los grupos municipales es “intenso”. Habrá que buscar fórmulas para incrementar los ingresos (sin olvidar la inclusión de una partida relativa a venta de patrimonio municipal) o para reducir los gastos, aunque siempre priorizando los servicios sociales, el empleo y la atención a las necesidades de los burgaleses, insiste el alcalde. De todos modos, Lacalle asegura valorar la “receptividad” mostrada por los grupos y cree en su “buena voluntad”.

Calendario

Lacalle reconoce que un presupuesto prorrogado no sería “grave” pero tampoco es “deseable”

Una vez que los corporativos cuentan con los documentos técnicos, en su mano queda analizarlos y plantear sus propuestas. La previsión es que se pueda mantener la primera reunión tras el pleno ordinario de noviembre, que se celebrará el viernes 13. El escenario “ideal” desde el punto de vista de los tiempos sería poder aprobar el nuevo presupuesto, de manera provisional, en un pleno extraordinario en diciembre. Para ello es necesario contar con el apoyo de, al menos, uno de los grupos de la oposición, si no  se consigue la unanimidad.

En el caso de no contar con ese apoyo, el Ayuntamiento tendría que funcionar en 2016 con un presupuesto prorrogado. “No es grave”, reconoce el alcalde, pero tampoco es “lo deseable”. Por ese motivo, Lacalle insiste en que “vamos a hacer todo el esfuerzo para intentar aprobar unas cuentas para el próximo año”, y desde el Equipo de Gobierno no van a poner “líneas rojas” en las negociaciones. Asimismo, el alcalde está convencido de que las elecciones generales no van a afectar. “La ciudad ha pasado sus elecciones hace un año” y ahora estamos a gestionar el día a día, insiste.