Término de Miranda culmina una “buena” vendimia y aumenta su producción

Una de las grandes bodegas productoras de chacolí en Burgos cierra la vendimia tras recolectar unos 55.000 kilos de uva, 10.000 más que en 2014

Se van dando pasos para mejorar la calidad de los caldos, crear una marca de garantía y, a largo plazo, una Denominación de Origen

Llega noviembre y es tiempo de hacer balance del resultado de la vendimia. A los datos registrados en las dos grandes denominaciones de origen de la provincia (Ribera del Duero y Arlanza), hay que añadir los de aquellas pequeñas bodegas que, sin contar con marchamo oficial, han ido adquiriendo un nombre con el paso de los años. Y en ese escenario se mueve a la perfección Término de Miranda, una de las grandes referencias del chacolí burgalés.

Las Denominaciones de Origen vascas han criticado que los caldos burgaleses también lleven el apelativo de chacolí

La bodega mirandesa, creada hace apenas unos años con el objetivo de recuperar una tradición histórica en el norte de la provincia y reconquistar el terreno perdido frente a las grandes denominaciones de origen vascas, acaba de cerrar la que probablemente sea su mejor añada en términos de producción. Y es que, las cepas plantadas han ido madurando con el paso de los años y ahora ofrecen una mayor capacidad productiva que en las primeras vendimias.

En esta ocasión, la bodega ha recogido en sus 12 hectáreas de cultivo alrededor de 55.000 kilos de uva, es decir, casi 10.000 más que en 2014. Además, según explica Koldo Madariaga, uno de los responsables de Término de Miranda, la fruta recogida es de “muy buena calidad”. Gracias a este volumen de uva, la bodega confía en poner en el mercado alrededor de 45.000 botellas de chacoolí, a las que en todo caso se sumarán otras 10.000 de zurracapote, otra de las bebidas típicas de la zona, con las que Término de Miranda pretende diversificar su producción y cubrir sectores del mercado complementarios al del chacolí.

En esta misma línea, la bodega está trabajando ahora mismo en la producción de caldos verdejos que puedan competir con las bodegas de Rueda en el mercado local. Y es que, de momento, la capacidad comercializadora del chacolí del norte de Burgos está muy limitada, por cuanto que ha de luchar contra las denominaciones de origen vascas, que desde el primer momento se han mostrado beligerantes contra los caldos burgaleses.

IGP y DO

Frente a esa beligerancia, desde Término de Miranda se ha intentado unificar al sector en Burgos para intentar recuperar una tradición muy arraigada en el norte de la provincia. Sin embargo, la producción de chacolí en Burgos es casi residual hoy en día. Apenas hay dos bodegas como tal y un puñado de microproductores que no tienen capacidad para profesionalizar el sector.

Así, la receta a largo plazo pasa, en primer lugar, por “hacer buen vino”, subraya Madariaga. A partir de ahí, desde Término de Miranda se pretende conseguir el amparo del marchamo de ‘Vino de la Tierra de Castilla y León’, para más tarde intentar promover una Indicación Geográfica Protegida (IGP). El objetivo final pasaría por la creación de una Denominación de Origen (DO) propia, algo que, eso sí, se antoja aún muy lejano.