El Pino-Roble de Canicosa aspira a ser ‘Árbol Europeo 2016’
El árbol burgalés compite con otros seis ejemplares nacionales por una distinción que otorga ‘Bosques sin Fronteras’
Se trata de un fenómeno único de “siamés arbóreo” compuesto por un roble de 250 años y un pino de 130 años
Las votaciones a favor de la candidatura serrana se pueden registrar hasta el 31 de diciembre en Facebook
Un “capricho de la naturaleza”. Un fenómeno único de “siamés arbóreo” es lo que nos encontramos en Canicosa de la Sierra, en el robledal ubicado en los parajes de ‘La cuesta’ y ‘El piquillo’. Se trata de un Pino-Roble, compuesto por un roble de unos 250 años y un pino de unos 130. Cuenta la leyenda, que una traviesa ardilla llevó restos de una piña a la oquedad del maduro roble, dejándola allí olvidada. La semilla acabó germinando y las raíces del pino se abrieron camino a través del tronco del roble hasta llegar al subsuelo, todo ello sin dañar la corteza viva del “benefactor”.
Sin embargo, con el paso del tiempo el tronco del roble ha acabado reventado, mientras el pino sigue pujando desde su interior por crecer y hacerse más grande y más fuerte. Es un símbolo de Canicosa de la Sierra, estando totalmente integrado en su paisaje y la comunidad, y por ese motivo se trata de uno de los siete ejemplares españoles candidatos a Árbol Europeo 2016. El concurso lo organiza ‘Bosques sin Fronteras’, no valora la belleza de los árboles, sino su singularidad y su integración social, y la candidatura burgalesa se tramitó directamente a través del Ayuntamiento de Canicosa.
La elección del Pino-Roble como Árbol Europeo 2016 supondría, no sólo un reconocimiento a su carácter excepcional, sino también un impulso a las medidas de protección que necesita para asegurar que ambos ejemplares continúan en armónica convivencia. Hasta el 31 de octubre se puede votar en la página de Facebook de ‘Bosques sin Fronteras’ a favor del Pino-Roble, que compite con la Olma de Guadarrama, la Gran Carrasca de ‘El Pedregal’ (Guadalajara), la Matasequoia de Pontevedera, el Tejo de Bermiego (Asturias), los Olmos del Parque de los Príncipes de Alicante y el fresno ‘El abuelo de la Dehesa Vieja’ de Morazarzal (Madrid).