Cáritas hace un llamamiento para erradicar la pobreza en el mundo
Cártias Diocesana se une a la celebración del Día Mundial para la Erradicación de la Pobreza y solicita medidas a los estados para combatirla
Exige el cumplimiento de los compromisos internacionales y la paralización del TTIP
Hoy se celebra el Día Mundial para la Erradicación de la Pobreza y Cáritas Diocesana ha querido adherirse a los actos planteados por la Alianza Española Contra la Pobreza para denunciar “las condiciones de pobreza y desigualdad que afectan a millones de ciudadanos dentro y fuera de nuestras fronteras”. Así, la organización, que anoche celebró una vigilia de oración en San Gil junto con la delegación de Misiones del Arzobispado, se ha sumado al manifiesto elaborado para la ocasión.
En el texto, titulado ‘Las personas primero’, Cáritas afirma que “la pobreza es cada vez más extrema, intensa y crónica, por lo que es urgente cambiar este sistema que genera riqueza para el 1 por ciento y un empobrecimiento generalizado para el resto de la población”. Se trata, en suma, de “un sistema que fomenta la guerra para el control geoestratégico de los recursos, la destrucción de la naturaleza y las desigualdades sociales”.
Frente a ello, la organización asegura que “existen soluciones reales y factibles”, que en gran medida pasan por el cumplimiento de los compromisos internacionales, como los recién acordados Objetivos de Desarrollo Sostenible, los protocolos de Derechos Humanos, la Carta de las Naciones Unidas, las Convenciones de la OIT o el Protocolo de Kioto.
Exigencias
Además de estos compromisos, desde Cáritas se exige a las administraciones españolas una serie de actuaciones concretas, basadas en la aplicación de “una fiscalidad justa y equitativa que redistribuya la riqueza y combata las desigualdades”, así como en la gestión responsable, coherente y transparente de los recursos públicos. Además, la organización solicita la “completa erradicación de los paraísos fiscales y la lucha contundente contra el flujo ilícito de capitales”, así como la paralización de la “desregulación de los mercados” y del proyecto del “Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones entre Estados Unidos y la Unión Europea, que se está elaborando a espaldas de la ciudadanía”.