La plantilla de la Benemérita en la provincia cuenta con 140 vacantes
Los recortes en la tasa de reposición generan un desfase en la plantilla de la Guardia Civil en Burgos, que actualmente tiene 140 puestos sin cubrir
El teniente coronel considera difícil regresar a las cifras de antes de la crisis
La plantilla de la Guardia Civil en Burgos cuenta con 140 efectivos menos de los que debería tener. Así lo ha asegurado durante la celebración de los actos del Día del Pilar el teniente coronel Miguel Salom, que ha dado cuenta de la situación que vive actualmente el cuerpo, que cuenta con algo más de 800 efectivos repartidos por los diferentes cuarteles de la provincia.
La plantilla de la Guardia Civil en Burgos está formada por algo más de 800 efectivos
La plantilla de la Guardia Civil en Burgos está formada por algo más de 800 efectivos
Según ha explicado Salom, la situación es “consecuencia directa de la disminución de los concursos de empleo público a un 10 por ciento de la tasa de reposición”. Esto es, que a lo largo de los últimos años sólo se ha cubierto una de cada 10 plazas que quedaban vacantes en el cuerpo debido a la incidencia de la crisis y a la falta de presupuesto efectivo para mantener las plantillas plenamente dimensionadas.
De esta forma, y a pesar de que ese porcentaje de cobertura se ha incrementado este año a un 50 por ciento, “nunca será suficiente para reflotar la plantilla hasta los índices que había hace cuatro años”. Ese escenario sólo se podría volver a repetir, subraya Salom, si en algún momento determinado “hay un concurso de empleo público” de carácter puntual y extraordinario. Mientras tanto, la Guardia Civil deberá seguir trabajando con lo que hay, aunque genere conflictos o polémicas.
Briviesca y Melgar
En este sentido, Salom ha querido restar importancia al recorte de horarios de atención al público registrado este pasado verano en los cuarteles de Briviesca y Melgar de Fernamental. “El tema de Briviesca se basa en adecuar el servicio al horario real de atención al ciudadano, que suele ser por la mañana”, sin perjuicio de que los agentes sigan trabajando en horario vespertino y nocturno. Más complejo es el caso de Melgar, cuyas oficinas tuvieron que echar la persiana de manera “puntual” por un desajuste “temporal”.