El Consistorio dejará el patronato de Relaciones Laborales tras el curso 15/16
La abstención de PP e Imagina permite aprobar la proposición del PSOE de suprimir la colaboración municipal
Todos los corporativos coincidían en la necesidad de pasar las competencias a la Junta pero no en el modo de hacerlo
Gómez proponía seguir negociando y Gil planteaba una salida progresiva, de aquí a cuatro años, sin perjudicar a los alumnos
Reunión del patronato de Relaciones Laborales. PCR
El Ayuntamiento de Burgos renunciará a su condición de patrono de la Escuela de Relaciones Laborales una vez concluido el presente curso académico 2015-2016. Se trata de una medida de presión, un “ultimátum”, aunque con efectos prácticos, con la que el Consistorio intenta forzar a la Junta de Castilla y León para que se haga cargo de institución académica. La decisión se ha tomado en el Pleno Municipal celebrado esta mañana, con los votos del PSOE y Ciudadanos y Álvarez de Eulate, y la abstención de PP e Imagina, que si bien están de acuerdo con la propuesta no comparten el modo de conseguirla.
Fernández Santos insistía en que siendo “firmes” se conseguiría el objetivo perseguido
Para Antonio Fernández Santos, la única forma de conseguir la implicación del Gobierno Autonómico es “ponerle las peras al cuarto”. Las peticiones, las negociaciones y las reuniones no sirven para nada, y para muestra el preacuerdo alcanzado hace algunos años por Juan Carlos Aparicio y que finalmente se quedó en “agua de borrajas”. Es por ello que los socialistas planteaban en su proposición que la última aportación económica municipal, que asciende a 417.500 euros, fuese la del próximo ejercicio presupuestario, iniciando los trámites para disolver el patronato de cara a 2017.
Un planteamiento que era bien recibido en el seno de Ciudadanos, aunque Gloria Bañeres planteaba, por eso de dar más seguridad a los alumnos de la Relaciones Laborales, concretar que el Ayuntamiento renunciaba a su condición de patrono una vez finalizado el presente curso académico, dejando en manos del resto de patronos la decisión sobre su futuro. La propuesta, introducida como enmienda, ha sido aceptada por el PSOE, lo que ha merecido el apoyo de C’s. Silvia Álvarez de Eulate se sumaba también a la decisión, alegando que la Escuela de Relaciones Laborales es una competencia impropia del Ayuntamiento.
Incertidumbre
Y aunque esa idea es compartida por PP e Imagina, ambas formaciones discrepan en el modo en el que el Consistorio tiene que conseguir la implicación de la Junta en la financiación del centro académico. Tanto Fernando Gómez como Javier Gil apelaban a la responsabilidad municipal para no dejar tirados a los alumnos, apostando por una “solución negociada y armonizada”, en el caso del concejal delegado de Educación, y progresiva, en el caso del edil de Imagina. Por eso, ambos estaban dispuestos a aceptar la propuesta del PSOE si se eliminaban los límites temporales.
Gómez y Gil hablaban de “incertidumbre” para los alumnos de cara al próximo curso académico
Javier Gil insistía en que la disolución del patronato había que hacerla de manera progresiva, garantizando que los alumnos reciban la educación en las mismas condiciones en las que empezaron sus grados. Es decir, no incorporar estudiantes al próximo curso 2016-2017 pero permitir que los que iniciaron sus estudios en la escuela los finalicen en ella. Y, mientras, el Ayuntamiento va reduciendo anualmente sus aportaciones económicas. “Marcar un horizonte” para que la Junta vaya asumiendo que tiene que hacerse cargo del centro burgalés, aseguraba Gil.
Por su parte, Fernando Gómez apostaba por una “solución consensuada y armonizada”. Seguir negociando con la Junta y la Universidad de Burgos hasta conseguir cerrar un acuerdo satisfactorio. A su juicio, Acordar ahora la salida del patronato solo genera “incertidumbre”, avocando la escuela a su desaparición, dado que muchos alumnos acabarán buscando otros centros en los que desarrollar sus estudios. El concejal delegado de Educación no duda de que la Junta debe hacerse cargo de la Escuela, pero mediante un proceso que “dote de un horizonte de seguridad para los alumnos”.