El Sobrón descubre sus secretos

La apertura de compuertas programada por Iberdrola para realizar tareas de mantenimiento ha sacado a la luz elementos anegados desde hace décadas

El nivel del agua ha bajado cinco metros, permitiendo observar la antigua carretera y el canal de agua que entroncaba con Puentelarrá

La situación se mantendrá hasta el 9 de octubre

El Sobrón descubre sus secretos Cientos de curiosos se han acercado estos días al Sobrón. BC

Una imagen tan inusual como espectacular. El desembalsado del pantano del Sobrón, planificado por Iberdrola para realizar tareas de mantenimiento en la presa, ha sacado a la luz una realidad que ha permanecido oculta durante varias décadas. Y oriundos y forasteros no se han querido perder el espectáculo. Así, durante los últimos días están siendo centenares las personas que se acercan a las orillas de Ebro para recordar -y en muchos casos conocer- cómo era el desfiladero del Sobrón antes de ser anegado por las aguas de la presa.

La última vez que se realizó un desembalsado similar fue a principios de los 90′

Sin duda, elementos como la antigua carretera que conectaba Miranda con el Valle de Tobalina o el canal que a principios del siglo XX alimentaba la pequeña estación hidroeléctrica de Puentelarrá se han convertido en apenas una semana en la imagen más buscada por los fotógrafos, conscientes como son de que se trata de elementos que antes o más tarde volverán a ser sepultados por varios metros cúbicos de agua.

Aunque el Sobrón sea un pantano pequeño, su belleza es innegable. Durante milenios, el Ebro horadó en las estribaciones de los Obarenes hasta encontrar un hueco por el que seguir su camino hacia el valle de Miranda. Tras de sí dejó un espectáculo natural de innegable belleza. Un desfiladero de paredes verticales prácticamente inaccesible. El sitio perfecto para construir un pantano.

Los ingenieros de Iberdrola -entonces Iberduero- lo vieron claro. Ya a principios del siglo XX se construyó un canal de agua paralelo al Ebro que confluía en la estación de Puentelarrá, una de las primeras experiencias de producción hidroeléctrica de España, y finalmente, en 1960 se concluyó la construcción de la presa y comenzó a llenarse en embalse. No tardó mucho, por cierto, ya que el pantano apenas puede almacenar 20 hectómetros cúbicos de agua, una cantidad muy pequeña en relación a otros embalses del entorno. Ese mismo tamaño convierte también al Sobrón en uno de los pantanos más estables, y habitualmente oscila en el 85 y el 95 por ciento de su capacidad.

Más de cinco metros

En esa horquilla se encontraba el embalse a principios de mes, pero entonces Iberdrola decidió abrir compuertas para afrontar tareas de mantenimiento en la presa, una operación que no realizaba desde principios de los noventa. Desde entonces, el nivel del agua ha bajado unos cinco metros, que en la zona más oriental del pantano han permitido sacar a la luz la vieja carretera. Paralelamente, en la zona más occidental, en la que el desnivel del Valle de Tobalina es mucho menor, lo que se ha descubierto son las antiguas riberas del Ebro.

También ha cambiado su imagen el río a su paso por la central nuclear de Santa María de Garoña, que normalmente aprovecha la cola del pantano para refrigerar sus equipos. Ahora, con la central parada, Nuclenor ha decidido aprovechar la situación para limpiar una escollera. Y todo ello facilitando, de paso, la lucha contra el mejillón cebra. Y es que, con las aguas por debajo de su nivel habitual han salido a la superficie los crustáceos invasores.

Hasta octubre

En principio, la situación permanecerá así hasta los primeros días de octubre. La idea de Iberdrola pasa por concluir las obras el día 9 y cerrar las compuertas para que el embalse vuelva a llenarse en los días siguientes, pero todo dependerá de la diligencia con la que se lleven a cabo los trabajos.