Un trovador de la era 2.0
Javier Gil recupera el monólogo ‘Novecento’ para conmemorar el décimo aniversario de ‘La Poesía es un Cuento’
Un cuentero con la misma estampa que el trovador medieval: poeta, cantor y recitador, en ocasiones burlesco, de la sociedad
Una pizca de poeta, otra de cuentero, otra de autor en ciernes al que sólo le queda eso, crear… Y muchas de sensibilidad sin edulcorantes… Todo eso, y algo más, lanzará Javier Gil “en una botella” al mar del patio de butacas del Principal a partir de las 21:00 de mañana jueves. Una botella llena de vida y aventuras, las que jalonan la década de ‘La Poesía es un Cuento’.
Y para celebrar los diez años de esta asociación cultural, Javier Gil rescata ‘Novecento’, el de Alessandro Baricco, bajo la dirección de Iratxe Gallego. Será un monólogo en esa botella al mar en la que los espectadores, cuando la destapen, encontrarán piedritas de humor y caracoles de nostalgia.
Gil se enfunda la piel de un náufrago (dos, en realidad), que nace en un barco y que nunca pisará tierra. El actor es Dany Boodman T. D. Lemon Novecento. Y su medio, el barco. La historia que encierra la botella de Benedetti la puede descubrir el espectador. Porque ‘Novecento’ es la obra, pero Gil bebe en las fuentes de Benedetti en su juventud y adolescencia; y de Galeano. El uno su poeta y el otro su prosista de cabecera.
Pongo estos seis versos en mi botella al mar
con el secreto designio de que algún día
llegue a una playa casi desierta
y un niño la encuentre y la destape
y en lugar de versos extraiga piedritas
y socorros y alertas y caracoles.
Botella al mar (Mario Benedetti)
Se define el actor como “cuentero, no cuentacuentos que es una palabra más dirigida a un público infantil”, pero también degusta el término ‘cuentautor’, un calificativo que le puso “el mejor inventor de palabras”, Fernando Beltrán, asegura Gil. Sin embargo, el burgalés no quiere usar la palabra porque hasta ahora “yo solo cuento lo que otros han escrito”.
Década de prodigios
De esos diez años, Gil se queda con “los poemas y los cuentos”. Rememora a un cuentero de Colombia, Carlos Ortiz, quien dice que en su país “al que escribe cuentos se le dice cuentista, al quien recita cuentos, cuentero, y al que vive del cuento, presidente”. Con esta anécdota Gil retrata sus intenciones y se proclama cuentero.
Quiso dar cobertura ‘legal’ a la situación de contar cuentos y por eso creó ‘La Poesía es un Cuento’. Pero fue algo más. Sirvió como estímulo para editar una revista y un libro,“o convertir la plaza de la Libertad en la plaza de la Poesía”.
Diez años después ve colmada su aspiración de contar historias en uno de los más bellos teatros, el Principal; de él dicen que es una réplica de los teatros italianos de la ópera, pero en miniatura. En esa caja de cultura, Gil desgranará el prodigio de aquel pianista que sin salir del barco jamás llegó a conquistar el mundo.
Hoy Javier Gil invita al espectador a hacer una introspección y a encontrar, en el interior de cada uno, ese náufrago de sentires enterrado en lo profundo del alma. En la penumbra del teatro, entre las cortinas de los palcos y los proscenios o entre bambalinas, se agarrarán como lapas los versos que Javier Gil recitaba de adolescente.
Será Alessandro Baricco el que haya creado el personaje, casi a la medida de Gil, pero son los versos de Benedetti y los párrafos de Galeano los inspiradores del talento de este joven de edad madura que se mete en la piel de quien jamás salió de un barco.
Larga vida a la poesía… es un cuento.