José Carlos Díez apuesta por una reforma fiscal que evite recortes en educación, sanidad y pensiones

El economista está especialmente preocupado por el déficit de 35.000 millones de euros en la “hucha” de la Seguridad Social

Las empresas deben “pensar en clave global y tecnológica”, buscando mercados demandantes y aprovechando la innovación

Desde UGT critican la precarización de los empleos, que impide reactivar el consumo interno y reduce las cotizaciones

José Carlos Díez apuesta por una reforma fiscal que evite recortes en educación, sanidad y pensiones Díez ha participado en una mesa redonda organizada por UGT. PCR

Una deuda pública que roza el 100 por cien del PIB (Producto Interior Bruto); un déficit público que supone el 6 por ciento de ese PIB; y un “agujero” en la Seguridad Social de 35.000 millones de euros. Estas deberían ser las principales preocupaciones de los partidos de cara a las próximas elecciones generales. Y es que esa es la “realidad” de nuestro país, y la que va a condicionar el futuro más inmediato de los españoles, de todos ellos. Al menos es la opinión del economista José Carlos Díez, quien ha participado esta mañana en una mesa redonda organizada por UGT, con motivo de una asamblea provincial de delegados.

Díez insiste en que de “brotes vigorosos” nada de nada, y los indicadores económicos son el mejor ejemplo de que la situación no es tan boyante como la pinta el Gobierno Central. Sin ir más lejos, el Instituto Nacional de Estadística (INE) revisaba ayer “a la baja” la contabilidad nacional, marcando una caída de la masa salarial en 40.000 millones de euros desde el 2011 y del consumo, en 10.000 millones. La Agencia Tributaria calcula que la renta de los trabajadores está en niveles del año 2002, aunque no así los impuestos, y España presenta un “récord histórico” en número de parados con más de dos años de desempleo y sin prestación.

“Seguimos en una economía muy frágil, con un crecimiento de ingresos bajo y un déficit demasiado elevado

“Seguimos en una economía muy frágil”, asegura el economista, quien plantea algunas necesidades inmediatas. Para empezar, el Gobierno debe realizar una reforma fiscal que permita incrementar los ingresos, a fin de que no se tengan que llevar a cabo nuevos recortes en Sanidad, Educación o pensiones. Son estas últimas las que preocupan especialmente a Díez, con ese “agujero” de 35.000 millones de euros en la Seguridad Social. Y para seguir, planificar a largo plazo. Es imprescindible que cambiemos el modelo productivo y, para ello, les aconseja a las empresas que “piensen en clave global y tecnológica”.

Se dispone de suficiente tecnología como para ser más competitivos y eficaces, y si en nuestro país no se consume, se deben buscar mercados en los que sí hay demanda y se pueden colocar los productos que aquí se generan. Y esto es válido tanto para las grandes empresas como para las pequeñas, que también tienen que tender a crecer, afirma Díez. Porque está demostrado que cuanto más grande es una empresa, mejores son las condiciones laborales y los salarios, una de las claves para garantizar una salida de la crisis real, apunta el economista.

A la espera de un cambio de ciclo “real”

Razonamientos todos estos que comparte el secretario general de Metal, Construcción y Afines de UGT (MCA-UGT) Carlos Romero, quien insiste en que la “prioridad” del próximo Gobierno cebe ser cambiar el modelo productivo y de crecimiento económico, evitando las “burbujas”. Hay que trabajar para crear empleo, y empleo de calidad, que dé salida sobre todo a ese gran número de parados de larga duración sin prestaciones y a los jóvenes. Con respecto a este último colectivo, Romero está convencido de que se puede “revertir la tendencia” de salida al extranjero de nuestros jóvenes mejor preparados.

El responsable de UGT lamenta que cuando se habla de un cambio de ciclo económico no se reconozca que dicho cambio sólo se está notando en la macroeconomía, no en la “economía real”. Además, “se está asentando en bases poco sólidas”, afirma. Y es que se crea poco empleo pero lo poco que se crea es precario, lo que impide que se incremente el consumo interno y,  por tanto, que se “refuerce la economía”. Además, si los salarios son bajos también se cotiza menos, contribuyendo a ese importante déficit de la Seguridad Social, que puede acabar con recortes importantes en las pensiones, como teme también José Carlos Díez.