Toque de atención de los cazadores al inicio de la Media Veda
El adelanto de la cosecha ha acabado con las buenas previsiones de codorniz, pieza que está ahora casi desaparecida
Iturmendi asegura que la agricultura se ha vuelto “agresiva”, se cultiva todo, se cosecha, se retira la paja y se vuelve a roturar
Muchas cazadores están planteándose abandonar los cotos porque no se garantiza la presencia de especies por las que se paga
Malas, muy malas expectativas de los cazadores burgaleses para esta primera jornada de la Media Veda. La sequía, paliada en parte con las tormentas del mes de junio, ha adelantado significativamente la cosecha en el campo de nuestra provincia, lo que ha repercutido negativamente en la presencia de codornices, pieza reina de esta temporada. Los agricultores no sólo tienen recogido ya el fruto de su trabajo, sino que también se han llevado consigo la paja y, en muchísimas tierras, se ha roturado de nuevo. Consecuencia: las codornices han volado hacia otros lugares más seguros.
El presidente de la Federación de Caza de Castilla y León, Santiago Iturmendi, asegura que en la mayor parte de los cotos ya se ha detectado poca presencia de codornices. Tal es la situación que en algunos de ellos se ha optado directamente por no abrir la Media Veda. Son pocos, reconoce Iturmendi. Otros, cerrarán antes del 20 de septiembre. Y en la mayoría se optará por cazar sólo un par de días de los cuatro hábiles que permite la Junta de Castilla y León, fundamentalmente los sábados y los domingos. Medidas que Iturmendi ve con buenos ojos.
“La caza tradicional de la codorniz en rastrojo está a punto de perderse”
De todos modos, el presidente regional recuerda que también son cazables otras especies, como la paloma torcaz y la tórtola común, que no se abren hasta el 22 de agosto; los córvidos y los zorros, cuya presencia es bastante significativa en algunos cotos, llegando incluso a provocar daños en producciones y medio ambiente. Es por ello que Iturmendi recomienda reservar unas cuantas jornadas para destinarlas a este tipo de caza. El presidente de la Federación reconoce que, a pesar de las malas perspectivas, los cazadores saldrán al campo, porque “siempre es una satisfacción”.
Punto de inflexión
Sin embargo, Santiago Iturmendi asegura que esta Media Veda va a ser un punto de inflexión en la relación entre los cazadores y los agricultores. Y es que la casi ausencia de codornices en los cotos de la provincia no es algo puntual, fruto de un año extraño en cuanto a la cosecha. “La caza tradicional de codorniz en rastrojo está a punto de perderse”, afirma Iturmendi. Los agricultores han cambiado su forma de proceder y en los cotos cada vez se encuentran más fincas cultivadas, sin rastrojos ni vegetación alguna. Además, nada más cosechar, retiran la paja y roturan.
“Los cotos de caza no son obligatorios para los pueblos”
Así es imposible que las codornices se mantenga, y lo mismo ocurre con otras especies, como las perdices. La agricultura se ha vuelto “agresiva”, por lo que Iturmendi considera que ha llegado el momento de los agricultores decidan si les sigue interesando contar con los ingresos derivados de la caza u optan por nuevos aprovechamiento de sus tierras. Pero ambas fórmulas no son viables. El presidente de la Federación recuerda que los cazadores pagan importantes sumas de dinero, sobre todo en La Bureba, para encontrar caza. Y si no la hay, se darán de baja.
Las quejas se han hecho más intensas en la Federación, insiste, y muchos cazadores consideran que “nos están timando”. Hace un mes se veía mucha codorniz, ahora se ha ido toda. Les toca decidir a agricultores y ayuntamientos, pero “no se puede vender algo que no existe”. Además, Iturmedi recuerda que el 90 por ciento de los pueblos de la provincia tienen como principal fuente de ingresos los cotos de caza, pero hay que cuidarlos. A este paso, Burgos deja de ser la gran reserva de caza de toda Europa, una referencia sobre todo en codorniz y perdiz, comenta.