Burgos se suma a los homenajes organizados en honor de Miguel Ángel Blanco

Las administraciones burgalesas, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y dos decenas de ciudadanos recuerdan a las víctimas del terrorismo

Se ha depositado una corona de flores, se ha guardado un minuto de silencio y se ha dado lectura a un manifiesto de la Fundación Miguel Ángel Blanco

Burgos se suma a los homenajes organizados en honor de Miguel Ángel Blanco Se colocó una corona de flores en memoria de las víctimas. GIT

Hoy se cumplen 18 años del secuestro de Miguel Ángel Blanco a manos de ETA y el Ayuntamiento de Burgos se ha querido sumar a los actos de homenaje organizados por la Fundación que lleva su nombre en toda España. A media mañana, representantes de todas las formaciones políticas del Ayuntamiento de la capital y de la Diputación provincial, acompañados por responsables de las Fuerzas de Seguridad del Estado y de una veintena de ciudadanos a título particular han depositado una corona de flores junto a la placa colocada en memoria de las víctimas de la banda terrorista en la glorieta de San Agustín.

El acto, en el que se ha recordado la vinculación de Burgos con los dos últimos atentados de ETA (el coche bomba de la casa cuartel y el asesinato del guardia civil burgalés Carlos Sáenz de Tejada), ha culminado con un minuto de silencio y la lectura del manifiesto preparado para la ocasión por la propia Fundación. Un manifiesto en el que se ha ensalzado la figura de Miguel Ángel Blanco y su significado histórico. No en vano, su secuestro y posterior asesinato “forman parte de la memoria social y personal de millones de españoles”, que en aquellas 48 horas de incertidumbre intentaron “salvar la vida de Miguel Ángel desde la unidad y el sentido democrático de un país azotado por el terror y hastiado de los asesinos y sus cómplices”.

En este sentido, el manifiesto ha recordado las “cientos de manifestaciones” que recorrieron el país exigiendo la “liberación incondicional” del concejal de Ermua, así como las “velas encendidas” y las “manos blancas”, que se convirtieron en un símbolo de la lucha social contra ETA. Y es que, en aquel momento, “la sociedad española tuvo claro quiénes eran las víctimas y quiénes los verdugos”.

Herida abierta

Sin embargo, la herida abierta por la banda terrorista sigue sin cerrarse “definitivamente”. Así al menos lo entiende la Fundación, que en su manifiesto ha querido dejar claro que “sigue vigente y en expansión en el País Vasco y Navarra”. “Es una exigencia democrática denunciar una ideología que no contempla la condena clara y sin excusas de todos y cada uno de los atentados cometidos, que busca reescribir la historia del terror, que busca la impunidad y que intenta neutralizar el significado de las víctimas, su verdad y su dignidad”, rezaba el manifiesto leído.

Además, desde la Fundación también se advierte de la “amenaza del yihadismo”, la cual “sigue amenazando nuestras libertades”. “No podemos bajar la guardia” ante “fundamentalistas de cualquier tipo de credo o ideología“, señalaba la organización en el manifiesto.