La DGT ubicará radares móviles en 30 puntos conflictivos de la provincia

La DGT publica la lista de tramos de vías secundarias en los que por su peligrosidad se intensificará la vigilancia mediante la instalación de radares móviles

La vía más vigilada será la N-1, en la que los radares controlarán todo el tramo entre Burgos y Miranda

La DGT ubicará radares móviles en 30 puntos conflictivos de la provincia La Guardia Civil 'cazó' a un conductor. BC

La Dirección General de Tráfico (DGT) intensificará la vigilancia en 30 puntos considerados conflictivos de las carreteras burgalesas mediante la instalación de radares móviles. Así lo confirmó la propia DGT el jueves, cuando publicó los 1.500 tramos de carreteras convencionales más peligrosos del país. Unos tramos que serán objeto de una vigilancia especial durante los próximos meses por parte de la Guardia Civil.

En el caso de Burgos, la carretera que más preocupa vuelve a ser la N-1, una de las vías convencionales con mayor tráfico de la península. En el tramo entre la capital provincial y Miranda se han detectado cuatro zonas conflictivas, que afectan a la práctica totalidad de la carretera. Allí trabajarán hasta cuatro radares móviles en función de las necesidades.

También la N-120 (carretera de Logroño) y la N-234 (carretera de Soria) serán objeto de especial vigilancia, con tres tramos conflictivos en cada una de ellas. La N-122, la N-627, la CL-629 y la N-232, con dos tramos en cada una de ellas, se sitúan en un tercer escalafón de peligrosidad. A todas ellas se les suman tramos en vías como la CL-619, la CL-117 o la N-623.

Según recuerdan desde la DGT, los límites de velocidad genéricos en vías convencionales son de 100 kilómetros por hora si existe un arcén de al menos 1´5 metros y de 90 kilómetros por hora si el arcén es más reducido (para furgonetas el límite es de 90 kilómetros por hora y 80 kilómetros por hora, respectivamente, mientras que para camiones y furgones el límite es 80 y 70 kilómetros por hora). En este sentido, Tráfico advierte que los márgenes de tolerancia de los radares se sitúan entre una horquilla de entre 8 y 11 kilómetros por hora. Esto implica, por ejemplo, que el radar en una vía de 100 kilómetros por hora de límite se activará si el aparato registra una velocidad de 109 kilómetros por hora.

Todos estos radares móviles complementarán a los fijos ya instalados en las carreteras de la provincia. Actualmente son 14 y se encuentran repartidos por vías como la N-1 (en La Bureba y Pancorbo) o la A-1 ( en Lerma).