De carreras por las rampas del Castillo

Las rampas del Castillo y las calles del centro acogen la celebración de la carrera de Hiperbaric, en la que han participado medio centenar de coches de inercia

El único secreto es frenar lo menos posible y trazar bien las curvas

De carreras por las rampas del Castillo Mucha gente disfrutó de la prueba toda la jornada. GIT

Velocidad, curvas, nervios de acero y sí, un poco de riesgo. Las laderas del Castillo se han convertido hoy en un improvisado circuito en el que se han dado cita medio centenar de pilotos para participar en la carrera Hiperbaric, una prueba de inercia en la que el único secreto es “frenar lo menos posible”. Y es que, a falta de motores, la gravedad hace el resto. Básicamente, los bólidos se dejan caer por una pendiente hasta la meta. El que tarde menos, gana. Simple, ¿verdad? Pues sí, pero también complejo.

De hecho, la construcción de los propios coches es todo un arte en el que la tecnología y la ingeniería son protagonistas. Eso bien lo saben los alumnos participantes en el Hiperbaric Challenge, uno de los principales alicientes de la prueba de hoy. Durante los últimos meses, varios chicos de tercero y cuarto de la ESO de varios centros educativos de la ciudad han diseñado y construido sus particulares bólidos, que hoy han tenido su particular prueba de fuego. Junto a ellos, más de una treintena de pilotos federados que han decidido dejarse caer desde el parque del Castillo hasta Capitanía.

En total, poco más de un kilómetro de circuito que los bólidos superan a una media de casi 60 kilómetros por hora. Teniendo en cuenta que los coches arrancan de cero, y la presencia de varios tramos en los que la velocidad se tiene que reducir drásticamente por motivos obvios, eso implica que en las pendientes más pronunciadas (de hasta el 12 por ciento) se alcanzan velocidades más que significativas.

Si a eso le juntamos la inclusión en el circuito de varias curvas muy complicadas y de un tramo de adoquines, el resultado no puede ser otro que espectacular. De hecho, tanto en los entrenamientos celebrados por la mañana como en la prueba oficial desarrollada por la tarde ha habido algún susto. Sin importancia, no se preocupen.