Nuclenor “matiza” con el CSN las nuevas exigencias en inversiones
El Consejo de Seguridad Nuclear condiciona la emisión de su informe a que se completen los proyectos de reforma previstos
La Instrucción Técnica Complementaria de 2014 recogía una serie de requisitos, pero vinculados a la reactivación del reactor
Los proyectos tendrían una inversión cercana a los 100 millones de euros, y deberían estar finalizados en diciembre de este año
Nuclenor insiste en que su punto de referencia no es la política, pero un cambio de Gobierno podría condicionar su futuro
La Central Nuclear de Santa María de Garoña se asemeja al Guadiana. Periódicamente, las informaciones relativas a su presentes y, sobre todo, su futuro reaparecen en los medios de comunicación. En esta ocasión la reaparición ha venido de la mano de Radio Castilla-Cadena Ser, en una noticia en la que se aseguran que Nuclenor habría decidido “paralizar” el programa de inspecciones e inversiones exigido por el Consejo de Seguridad Nuclear, como requisito indispensable para la emisión del informe sobre la solicitud de renovación de licencia de explotación hasta 2031, hasta pasadas las elecciones generales.
Sin embargo, desde Nuclenor sólo reconocen que están en comunicaciones con el CSN para “matizar” los últimos requisitos planteados. Y es que hace algunas semanas, el Consejo de Seguridad Nuclear enviaba a los propietarios de Garoña un documento en el que se condicionaba la emisión de dicho informe a la finalización de las dos grandes reformas exigidas en la Instrucción Técnica Complementaria de julio de 2014. Proyectos que requerirían una inversión cercana a los 100 millones de euros, y que deberían completarse a lo largo de los próximos meses.
Cambio sustancial
Los requisitos estaban vinculados a la reactivación del reactor, no a la emisión del informe del CSN
Hasta el momento, Garoña había ido cumpliendo con los diferentes requisitos recogidos en esa instrucción, elaborada en respuesta a la solicitud de renovación de licencia de funcionamiento. La central nuclear se sometió a las pruebas de resistencia marcadas por la Unión Europea tras el desastre de Fukushima, demostrando que se había adaptado perfectamente a las nuevas exigencias, y también se hicieron las preceptivas inspecciones en la vasija. Se realizaron entre noviembre y diciembre y, según informó entonces Nuclenor, demostraron que en la vasija “no hay defectos de fabricación y se encuentra en buen estado para funcionar”.
En ambos casos, Nuclenor mandó sendos informes al Consejo de Seguridad Nuclear, a la espera de su evaluación de cara a la presentación del informe. Sin embargo, el CSN les sorprendía hace algunas semanas con una comunicación, en la que le exigía que el resto de condiciones previstas se realizasen antes de emitir el informe, con un calendario de actuaciones cerrado hasta diciembre, con las correspondientes inspecciones de control. “Hay matices”, insisten desde la nuclear, y son los que ahora se están analizando, sin que oficialmente se haya tomado ninguna una decisión, ni a favor ni en contra de acometer esas inversiones, algunas de las cuales ya se habrían iniciado, aseguran.
Desde la Cadena SER aseguran, citando a fuentes del Consejo de Seguridad Nuclear, que Nuclenor habría decido aplazar, hasta pasadas las elecciones generales, las revisiones previstas, valoradas en 10 millones de euros. Algunas de esas inspecciones afectarían a la vasija y es posible que estén “paradas” pero no suspendidas, puesto que así lo reconocen desde la nuclear, pero aseguran que se debe a que las empresas norteamericanas encargadas de estos trabajos, y que realizan inspecciones “por todo el mundo”, tienen pendiente de cerrar el calendario de visitas a Burgos.
Con esperanza
Insisten en que su referencia son los técnicos, no los políticos, porque el informe lo elabora el CSN
Una cosa tienen muy clara en la Central Nuclear: “nosotros no tenemos nada que ver con la política”. Son técnicos y las decisiones que se toman son técnicas también, no políticas. Cierto es que el Ministerio de Industria es el que tiene la última palabra sobre si renovar la licencia de explotación o no, pero es el CSN el que determina si se cumplen con los criterios de seguridad para seguir funcionando o no. Y para ellos es para los que están trabajando. La política “no es nuestro punto de referencia”, insisten. El objetivo de Nuclenor ha sido siempre tener en perfectas condiciones la central para que, llegado el caso, se pueda reactivar.
De este modo esquivan los planteamientos que aseguran que estarían cuestionándose si llevar a cabo esas inversiones valoradas en 100 millones de euros en los próximos meses, o esperar a que pase la convocatoria de elecciones generales, prevista para noviembre. Y es que dependiendo de quién esté en el Gobierno de la Nación, el futuro de la nuclear podría ser muy diferente. Salvo el Partido Popular y UPyD, que se han mostrado favorables del mantenimiento de las centrales, el resto de formaciones se muestran contrarias, llegando incluso a firmar un pacto por el cierre de las instalaciones.