Folclore, tradición y religión

El Pendón de las Navas de Tolosa fue portado, por primera vez, por el nuevo jefe de las Fuerzas Pesadas, Manuel Romero

Gigantillos, Gigantones, Danzantes y sobre todo, el Ejército desfiló frente a Las Huelgas al olor del incienso y a ritmo de tambores y campanas

Folclore, tradición y religión Manuel Romero portó el Pendón de las Navas de Tolosa por primera vez. IAC

Fue un Curpillos más, pero las novedades le pusieron cierta sal a un acto tradicional que abre el turno a la fiesta pagana que espera su turno unos metros más lejos. El protagonista de semejante fiesta, el Pendón de las Navas de Tolosa desfiló, por primera vez, sostenido por el nuevo General de División y jefe de las Fuerzas Pesadas de Burgos (FUP), Manuel Romero. La otra novedad vino del Cabildo, ya que el arzobispo, Francisco Gil Hellín, pronunció su última gran homilía ante un Real Monasterio de Las Huelgas más ordenado que en fechas pasadas.

Los actos religioso y militar se fusionaron en el patio del monasterio, donde niños, padres y mayores esperaban, teléfono móvil en mano, la salida en procesión de Gigantillos, Gigantones y Danzantes para tener las oportunas instantáneas. El olor a incienso, las castañuelas, tambores y campanas pusieron la banda sonora a un lento y trascendental paso en el que el Pendón era el gran protagonista.

El sol y las nubes jugaron con los cientos de burgaleses expectantes. La temperatura permitía hacer una cómoda espera en la que los más sufridos fueron los efectivos del Ejército que aguardaron férreos el transcurrir de la eucaristía. Dentro, Gil Hellín recurrió al mismo sermón de hace sólo una semana en la festividad del Corpus Christi. El arzobispo aludió a la “reconciliación” de una sociedad de la que dice estar “muy preocupado” por los tiempos de división que se viven.

Así fueron las imágenes que dejó el Curpillos 2015.