CC.OO muestra su “incertidumbre” ante el cambio de accionariado en Campofrío

La salida de WH Group abre la posibilidad a que los chinos se conviertan en competidores directos en el mercado europeo

Desde el sindicato aseguran que la planta de La Bureba no estaría en peligro, pero sí el proyecto de negocio e industrial

Solicitan una reunión con los máximos responsables de la empresa para aclara el futuro de la compañía cárnica

CC.OO muestra su “incertidumbre” ante el cambio de accionariado en Campofrío Villar (ctro-izda.) con miembros del sindicato. PCR

La salida de la compañía china WH Group del accionariado de Campofrío Food Group, con la venta del 37 por ciento de sus acciones a Alfa (matriz de Sigma, la otra propietaria de la cárnica), genera mucha inquietud entre trabajadores y sindicatos de la multinacional. El proyecto de reconstrucción de la planta burgalesa de La Bureba, tras el incendio del pasado 16 de noviembre, parece no peligrar, puesto que cuenta con respaldo económico. Sin embargo, lo que sí pende de un hilo es el proyecto industrial y de negocio de Campofrío, sobre todo teniendo en cuenta los nuevos intereses de los chinos.

Jesús Villar, el secretario general de la Federación Estatal de Agroalimentación de Comisiones Obreras, ha asegurado que estos cambios de accionariado no son un “aspecto menor”. Por un lado, WH Group ya ha anunciado su intención de fortalecer su negocio en Europa, posiblemente a través de la apertura de dos fábricas en Polonia y Rumanía, países cuyas condiciones laborales y sociales “rozan el dumping social”. De consolidarse este proyecto, ha explicado Villar, con la fuerza económica y de mercado que tienen los chinos, WH Group pasaría de ser un socio de Campofrío a ser su competidor directo.

Un negocio en riesgo

Campofrío tendrá que repensar su proyecto industrial y de negocio tras la salida de los chinos

Y es que estamos hablando de que la asiática es la empresa más importante del sector cárnico de porcino en todo el mundo, por lo que un reforzamiento de su actividad industrial sería muy peligroso para el futuro negocio de Campofrío. Además, cuando WH Group entró en el accionariado de la cárnica de origen español, en noviembre de 2013, se vendió como una gran “oportunidad”, ha recordado Villar, dado que ofrecía acceso directo al mercado chino, uno de los principales consumidores de productos cárnicos de porcino. Ahora, no sólo estaría en riesgo el mercado europeo, sino que además se podría perder el chino.

Por todo ello, desde Comisiones Obreras  lanzan una “alerta, que no una alarma”, matiza el secretario general de la federación, pidiendo que se clarifique esta operación financiera. Quieren saber cómo se ha fraguado, qué consecuencias tendrá para el proyecto industrial y de  negocio de Campofrío, cómo se va reorientar el mismo e, incluso, si podría afectar a la nueva planta de La Bureba. En principio la construcción estaría salvada, el problema es que hay que garantizar carga de trabajo, y si el mercado internacional está en el aire, el futuro para la burgalesa podría ser complicado, han insistido desde el sindicato.

Reunión

También podría verse afectada Carnes Selectas, ya que una parte importante de su producción se saca en fresco, y WH Group también es líder en este sector. “No queremos sembrar inquietud”, ha asegurado Jesús Villar, pero necesitan explicaciones que resuelvan sus inquietudes. También ha recordado que estamos en un momento “delicado” para Campofrío, de ahí que el propio Villar se haya puesto esta mañana en contacto con representantes de la empresa, para pedirles una reunión “al más alto nivel”. Saben que se la concederán, pero aún no hay fecha prevista.

Ballvé pierde capacidad de interlocución y poder en el nuevo accionariado

Estos cambios en el accionariado vienen acompañados también por otros en la estructura de poder interno de Campofrío Food Group. Si bien Pedro Ballvé continuará como presidente del Consejo de Administración, el poder ejecutivo lo tendrá Fernando Valdés, director general de la empresa cárnica. La capacidad de interlocución con los propietarios, Sigma Food, está ahora en manos exclusivas de Valdés, por lo que Jesús Villar asegura que el papel de Ballvé en la multinacional “pierde peso”, lo que podría ser también negativo para las sedes españolas.