Atapuerca acoge el primer caso documentado de asesinato en la Historia
Correspondería al individuo del Cráneo 17, uno de los localizados en la acumulación de cadáveres de la Sima de los Huesos
Siempre se ha especulado sobre el motivo de la acumulación, barajándose la posibilidad de caídas accidentales por la sima vertical
Los dos orificios frontales que presenta el cráneo apuntan a un “acto de agresión mortal por otro individuo”, nada de accidentes
Utilizando las más modernas técnicas forenses, los investigadores de Atapuerca podrían haber dado con el primer caso de asesinato conocido en la historia de la humanidad. Correspondería al del individuo “propietario” del Cráneo 17, localizado en la Sima de los Huesos, que presenta dos orificios en el hueso frontal, por encima de la órbita ocular izquierda producidos por un mismo objeto, pero con dos trayectorias diferentes, lo que descartaría la hipótesis de una caída accidental, una de las explicaciones sobre las que se ha sustentado el descubrimiento de la acumulación de cadáveres en la Sima.
El Cráneo 17 está compuesto por 52 fragmentos que se fueron recuperando, en la Sima de los Huesos, a lo largo de 20 años de excavación, entre 1990 y 2010. El individuo al que corresponde murió al comienzo de su juventud y llegó al yacimiento hace 430.000 años. Allí yace junto con otros 27 individuos de la misma época. Las razones para que Cueva Mayor presentase una acumulación tan importante de cadáveres han sido, durante décadas, “uno de los mayores desafíos de la historia mundial”, y se han planteado diferentes explicaciones.
Desde el equipo de excavación se ha defendido que dicha acumulación era intencionada, realizada por otros humanos. Sin embargo, otros investigadores habían propuesto otras alternativas, como acumulación debida a la acción de carnívoros o a corrientes de barro y agua. Los estudios realizados en los últimos años han permitido descartar estas dos últimas hipótesis, dejando sólo dos posibles explicaciones: caídas accidentales por la sima vertical de trece metros que da acceso a esta cavidad o la acumulación intencional. Pero discernir “de manera inequívoca” entres ambas siempre ha sido muy difícil.
La sorpresa
Los estudios realizados hasta el momento sobre el Cráneo 17 “encajaban” con la hipótesis de la caída accidental. Presentaba dos orificios en el hueso frontal, por encima de la órbita ocular izquierda, que se podían haber producido por el impacto de un objeto duro justo antes o después de la muerte del individuo (cuando aún tenía tejido blando), en una caída de 13 metros por la sima. Sin embargo, la investigación coordinada por Nohemi Salas, del Centro Mixto Universidad Complutense de Madrid- Carlos III sobre Evolución y Comportamientos Humanos, publicada en la revista PlosOne, ha dado con la explicación definitiva.
Salas y sus colegas se han servido de las técnicas forenses más modernas para demostrar que ambas lesiones fueron ocasionadas por el mismo objeto en dos impactos diferentes y con distintas trayectorias, lo que descartaría que se produjeran durante una caída accidental. El tipo de lesiones, su localización y el hecho de que fueran producidas en dos golpes independientes con el mismo objeto nos lleva a interpretar que probablemente fueron producidas durante “un acto de agresión mortal por otro individuo”, en lo que constituiría el primer caso de asesinato conocido en la historia de la humanidad.
Estos datos indicarían que el individuo del Cráneo 17 no pudo llegar por su propio pie hasta Sima de los Huesos, dado que fue asesinado. Así que tuvieron que ser otros humanos los que lo depositasen en ese lugar, lo que sugiere que en esta cueva de la Sierra de Atapuerca se podría encontrar el primer acto funerario de la historia.