El encuentro entre Cristo y la Virgen marca el final de la Semana Santa
Burgos se despide de la Semana Santa con el emotivo reencuentro entre el Cristo Resucitado y la Virgen de la Alegría
Cientos de personas participan de ambas procesiones, que se juntan bajo la Catedral
Fin a cuatro días de Pasión. El encuentro entre el Cristo resucitado y la Virgen María celebrado esta mañana pone punto y final a la Semana Santa burgalesa, que se despide con emoción hasta el año que viene. Ya desde primera hora, los miembros de las cofradías del Cristo Resucitado y de Nuestra Señora la Virgen de la Alegría, protagonistas de la última gran cita de la jornada, comenzaron los preparativos para un encuentro tan emotivo como tradicional.
Cierto es que no había amenaza de lluvia, que ya obligó a suspender la cita el año pasado, pero el día amanecía nublado y frío. Sin embargo, como si de una señal se tratara, el sol fue abriéndose hueco entre las nubes a medida que se acercaba la salida de los pasos. El del Cristo, desde la parroquia de la Sagrada Familia; el de la Virgen, desde la de San Nicolás de Barí.
Desde este último punto, y con cierto retraso, arrancaba una comitiva formada, no sólo por los cofrades, sino también por el grupo de danzas María Ángeles Sáiz, cuyos miembros amenizaron la procesión. Una procesión que, por otra parte, rompe con tónica habitual de las últimas jornadas. El Domingo de Resurrección es un día alegre. Las campanillas suenan. Los tambores retumban. Cristo vuelve de entre los muertos.
También partía con un ligero retraso la comitiva desde la parroquia de la Sagrada Familia, entreteniéndose en varios puntos del recorrido antes del encuentro, que de nuevo tuvo lugar en la plaza del Rey San Fernando. Allí, centenares de personas buscaron acomodo para poder observar el reencuentro de ambos pasos, y luego las danzas castellanas ofrecidas por los grupos folclóricos.
Como no podía ser de otra forma, también el arzobispo de la ciudad, Francisco Gil Hellín, tuvo su cuota de protagonismo. Primero oficiando la tradicional misa en la Catedral y luego protagonizando la bendición pascual y ofreciendo un discurso más breve de lo habitual en estas significativas fechas. Un discurso, eso sí, no exento de emotividad. Que el “gozo” de la resurrección de Cristo se extienda a los corazones de los hombres, pidió.
La despedida de los dos pasos supone también la despedida de la Semana Santa, que cierra en Burgos con un balance multitudinario. La meteorología ha acompañado y todas las procesiones han podido salir. Además, la carraca volvió a funcionar después de muchos años, aunque, eso sí, en esta ocasión no hubo indulto de preso.