Semana Santa en la provincia: entre lo pagano y lo religioso

Pasión, muerte y resurrección de Cristo protagoniza numerosas representaciones en pueblos burgaleses

El Judas de Villadiego y la Bajada del Ángel de Aranda son los dos más espectaculares, junto con la Pasión de Covarrubias

Imagen estática de una caída de Cristo en Covarrubias. BC

Solemnidad y recogimiento se compaginan durante los días de Pasión con el folclore y la fiesta pagana en la provincia de Burgos. Coincidiendo con la luna llena de hoy miércoles, la Semana Santa recuerda con dolor y esperanza la muerte y resurrección de Jesús. Para el creyente es el acontecimiento central de su fe. Para la sociedad, la ocasión de recordar que la vida es efímera y nuestro paso por ella debe ser aprovechado al máximo.

Fiestas a mitad de camino entre lo religioso y lo pagano, como la del Judas, le confieren a la Semana Santa de la provincia de Burgos una nota de sarcasmo y buen humor, ya que la lucha entre el bien y el mal, que eso es la representación del Judas, se salda con la derrota del maligno y la resurrección de Cristo. Pero eso será el Sábado Santo al caer la tarde. Antes hay más fiestas dignas de ser tenidas en cuenta.

Lerma

Imagen estática de una caída de Cristo en Covarrubias. BC

Imagen estática de una caída de Cristo en Covarrubias. BC

La primera de ellas nos traslada a Lerma, mañana Jueves Santo. La Villa Ducal da el pistoletazo de salida a esta Semana Santa de renombre en la plaza de Santo Domingo, donde se representa la Cena del Señor. Son los propios vecinos del pueblo quienes dan vida a las diferentes escenas. Cada año, desde hace tres décadas, la Asociación El Arco escenifica una pasión que gana en realismo y plasticidad, y que se reproduce en diferentes rincones de Lerma, desde Santo Domingo a Santa Clara, Plaza Mayor, San Blas… , para finalizar, con la Crucifixión, en la plaza de toros.

Miles de personas se acercan a Lerma y no sólo aprovechan para ver las escenas de la muerte de Cristo, también lo hacen para degustar los ricos caldos de la D.O Arlanza y tomar los sabrosos pinchos y platos que los restaurantes lermeños ofrecen a paisanos y visitantes, en la que es una de las citas turísticas y religiosas por excelencia de la Villa Ducal.

Covarrubias

Y de Jueves Santo, al Viernes Santo. En la provincia gozan de mucho predicamento la celebración de la pasión y muerte de Cristo en Villalbilla, a ocho kilómetros de la capital, Covarrubias o La Molina. En la primera de ellas, la villa rememora la cena y el vía crucis, de la mano de los propios vecinos, quienes escenifican toda la Pasión hasta la crucifixión. La cercanía a Burgos congrega a miles de personas en una representación que cada año gana en calidad, si bien este año no se representará.

Quema del Judas en Villadiego. BC

Quema del Judas en Villadiego. BC

Pero, sin lugar a dudas, si hay una cita imprescindible en el calendario del Viernes Santo esa es Covarrubias. No estamos ante la tradicional representación de la Pasión a modo de diálogo; se trata de una figuración estática de los catorce cuadros de la muerte de Cristo, presentados en todo el casco antiguo de la villa rachela. Sus angostas calles se convierten en un hervidero de gente que camina en silencio en busca del siguiente paso, tras la celebración de los Oficios en la colegiata. La liturgia de pasión culmina con la crucifixión en un descampado, junto al río Arlanza, en el islote del cauce fluvial.

La Molina

El atleta de la pluma, Carmelo de la Fuente, empieza a dejarse crecer el pelo y la barba al inicio del otoño. De este modo, para la llegada de la primavera ya parece Cristo. Es un hombre apasionado por la vida de Jesús de Nazaret, entregado a la Pasión que cada año se celebra el Viernes Santo en La Molina de Ubierna. La tarde del día de Viernes Santo, la cita es inaplazable. Miles de personas se congregan en este pueblo para recordar que Cristo murió por la salvación de la humanidad; que vino a instaurar un reino en el que todos pueden convivir desde el compartir, desde el amor.

El Judas y el Ángel

Pero quizá las dos representaciones más curiosas y emblemáticas de la provincia, más allá de las tradicionales procesiones de la capital, son la Quema del Judas, recuperada hace unos años en Trespaderne y en Villadiego, y la Bajada del Ángel de Aranda de Duero.

La Bajada del Ángel en Aranda cierra la Semana Santa. Ricardo Ordóñez

La Bajada del Ángel en Aranda cierra la Semana Santa. Ricardo Ordóñez

La primera es una representación, un juicio del bien sobre el mal, plasmado en un guiñapo de tela, que se quema en mitad de la plaza, ajusticiado, mientras un espectáculo de luz y sonido invade las calles del pueblo. Villadiego lo celebra desde las 18:00 en el pueblo y en el monte de la Riba. Empieza con la batalla con el rapto del Judas. Ejércitos de los Cadenas y Miñones tratan de ocultar al Judas pero los granaderos reales acaban por recuperarlo para ajusticiarlo en mitad del foro. Se celebra un juicio sobre el malhechor que representa todos los males del mundo y acaba la función, casi a medianoche, tras la Vigilia Pascual, con la quema del trampantojo. Un espectáculo de luz, fuego y sonido acompaña toda la parafernalia festiva antes de que termine el día y llegue la luz de la Pascua de Resurrección.

El Ángel, en Aranda, es la principal atracción de la Semana Santa que termina el Domingo de Pascua con la Bajada del Ángel. La Cofradía de las Candelas elige al niño o la niña que desciende desde las alturas en la plaza de Santa María y le quita el velo a la Virgen para anunciar la resurrección de su hijo.