23-21. Lo que pudo ser y no fue

El Villa de Aranda es incapaz de dar la vuelta a los cinco goles de diferencia del partido de ida y se queda a las puertas de la Final Four de la Copa

Los de Cuétara estuvieron virtualmente clasificados durante buena parte del choque, pero dilapidaron su ventaja en tres fatídicos minutos en el segundo tiempo

23-21. Lo que pudo ser y no fue El Príncipe de Asturias tuvo ambiente de las grandes citas. GIT

El Blas-Gon Villa de Aranda se quedó hoy a las puertas de clasificarse por primera vez en su historia en una Final Four de la Copa del Rey de Balonmano tras un fantástico primer tiempo en el que consiguió empatar la eliminatoria frente al Ángel Ximénez Puente Genil. Sin embargo, los hombres de Jacobo Cuétara concedieron un parcial de 0-4 mediado el segundo tiempo que acabó siendo una losa demasiado pesada. A pesar de vencer, los cinco goles de ventaja con los que arrancó el partido el Puente Genil fueron determinantes y los cordobeses terminaron celebrando su clasificación en la propia pista.

Ficha Técnica

23 – Blas-Gon Villa de Aranda (13+10): Xavi Díaz, Cabanas (5, 1p), Diego Camino (2), Beltza (1), Megías (2) Oswaldo (4), Pazin (3) -siete inicial-; Santana (ps), Redondo (1), Javi Muñoz (-), ‘Bicho’ (-), Moreira (4), Perrella (-) Lazic (1).

21 – Ángel Ximénez Puente Genil (8+13): De Hita, Moya (6), Cuenca (2), Bandera (1), ‘Chispi (3, 2p), Baena (3, 2p), Porras (-) -siete inicial-; Chirosa (ps), Olea (-), Medina (1), Cabello (-), Morales (-), Levente (1), De la Sierra (4).

Parciales: 1-1, 3-3, 3-4, 8-6, 10-7, 13-8 (descanso); 16-11, 17-12, 18-17, 20-19, 23-21, 23-21 (final del partido).

Árbitros: Álvarez Mata y Bustamante López (Castilla y León). Expulsaron a Porras (min.59). También excluyeron dos minutos a Pazin (2), Beltza, Oswaldo, Lazic y Rendondo por el Villa de Aranda y a Vázquez Diz, Cuenca (2) y Medina por el Puente Genil.

Incidencias: Partido correspondiente a la vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey de balonmano disputado en el pabellón Príncipe de Asturias de Aranda ante unos 2.300 espectadores.

Mucha tensión e intensidad desde el primer minuto del partido. Ambos equipos sabían lo que se jugaban, aunque el resultado del partido de ida condicionaba totalmente el choque. El propio Cuétara reconocía en la previa la dificultad de superar esos cinco goles ante uno de los mejores equipos de la segunda vuelta. Ese condicionante hizo que el Puente Genil se centrara más en la defensa que en el ataque durante el primer tiempo, lo que provocó unos marcadores muy bajos y ajustados en los primeros compases, en los que un Villa de Aranda demasiado errático no consiguió asentarse en el sintético. Prueba de ello fue el escueto marcador (3-4) con el que se superó el ecuador de la primera parte.

Sin embargo, el conjunto arandino fue de menos a más y a partir del empate (4-4) dio un paso al frente y comenzó poco a poco a abrir brecha hasta alcanzar los cinco goles de diferencia en el minuto 26 tras un gran tanto de Oswaldo. El equipo local estaba disfrutando de sus mejores minutos y con ese resultado estaba virtualmente clasificado para la Final Four. El pabellón, preparado para una gran noche, comenzó a creérselo y la afición espoleó a los suyos al grito de ¡Sí se puede!

Y ciertamente se podía, ya que el marcador con el que el partido se fue al descanso invitaba al optimismo (13-8). El Villa de Aranda acababa de dejar al Puente Genil con tan sólo 8 goles en su haber, merced a la exhibición que estaba dando bajo palos Xavi Díaz. El portero gallego acabó el primer tiempo con un impresionante 60 por ciento de efectividad.

Nada más regresar de vestuarios, y con un hombre menos en pista, el Villa de Aranda incrementaba su ventaja y la grada terminaba de estallar, pero eso fue todo. Y es que, tras varios minutos aguantando las diferencias que le metían en la Final Four, el Villa de Aranda se vino abajo. Mediado el segundo asalto y en apenas tres minutos, el conjunto ribereño tuvo tres pérdidas de balón y le puso en bandeja la sentencia al Puente Genil. Los hombres de Barbeito no desaprovecharon el regalo y con un parcial de 0-4 encarrilaron la eliminatoria (18-17).

A partir de ahí, y a pesar de ir por delante en el marcador en todo momento, el Villa de Aranda no pudo hacer mucho más ante un equipo que leyó la situación a la perfección y cerró filas en defensa para evitar un susto. De hecho, el último parcial acabó sin goles para ninguno de los dos y el Puente Genil mató el partido con la tranquilidad de saber que el trabajo ya estaba hecho. Al final, la celebración en la pista fue para los de la camiseta verde, mientras que los de amarillo tuvieron que conformarse con haber llegado hasta cuartos.