Viernes Negros continúa protestando a ritmo de Alaska, Karina y el Dúo Dinámico
El colectivo de empleados públicos se concentra todos los viernes, en la Subdelegación, para “cantar” sus reivindicaciones
Denuncian los recortes de plantillas, las privatizaciones, la pérdida de derechos y la degradación de servicios públicos
Insisten en que los mayores perjudicados son los ciudadanos, ante un Gobierno Central que está “ahogando” a la administración
Versionando clásicos de la música española, como ‘Resistiré’ del Dúo Dinámico, ‘El baúl de los recuerdos’ de Karina’ o ‘¿A quién le importa?’ de Alaska. El colectivo Viernes Negros protesta, viernes tras viernes, a las puertas de la Subdelegación del Gobierno, contra las políticas del Partido Popular, que al frente del Gobierno Central sólo ha sabido que plantear recortes en recursos y plantillas, apostar por la privatización, eliminar derechos laborales y degradar los servicios públicos. Y es que, asegura, el Partido Popular lleva casi cuatro años “ahogando” la administración.
El colectivo lo conforman empleados públicos, en la mayor parte de los casos procedentes de la Administración General del Estado, aunque también se cuenta con trabajadores de la Junta de Castilla y León. Llevan dos años y medio de protestas y reivindicaciones, y seguirán así mientras la situación no cambie. De momento, hasta las elecciones generales. Esperan un cambio de Gobierno, que se ponga fin a la mayoría absoluta de la que goza el Partido Popular, y que le permite gobernar el país con una “prepotencia” que ha acabado con las negociaciones y los acuerdos, dando paso a la imposición de medidas y decisiones.
Ahogando la administración pública
Mariví Gómez, como portavoz de Viernes Negros, insiste en que todas las medidas contra los servicios de la administración o sus trabajadores acaban repercutiendo directamente en el ciudadano. Si se recorta en recursos y en plantilla, sin oferta público de empelo, los empleados públicos acaban teniendo que asumir una mayor carga de trabajo. Y no es que no se les remunere por ello, que se les bajen los salarios o que sus condiciones laborales hayan empeorados, sino que el servicio que se presta al ciudadano se ve mermado. “Están intentando ahogar a la administración”, asegura.
Además, Gómez comenta que es “impresionante” la imagen tan distorsionada que de los empleados públicos tienen algunos ciudadanos. Durante sus protestas en la Subdelegación, algunos burgaleses se paran a escuchar, otros preguntan y les dan la razón, pero también hay algunos que les miran de mala manera. Reconoce que, cuando el Gobierno bajó los sueldos a los empleados públicos, hubo muchos que se alegraron, asumiendo que todo el mundo cobraba sueldos elevados, y no es así. Lo mismo ha pasado con los moscosos, insiste, que se consideran un privilegio cuando son un pago en especie por acuerdos incumplidos.