El Ebro se comporta en Miranda gracias a las maniobras de desembalse
El río inunda las riberas, La Arboleda y calles próximas como Álava y Bilbao, pero sin mayores consecuencias
La Confederación estuvo controlando los embalses de Cantabria y el Sobrón, para el Ebro, así como el Ullíbarri para el Zadorra
El pico máximo se registró de madrugada, cuando el Ebro alcanzó los 5 metros de altura y los 700 metros cúbicos de caudal
Las previsiones de la Confederación Hidrográfica del Ebro se cumplieron, y las maniobras de desembalse llevadas a cabo durante las últimas jornadas dieron sus frutos. La alerta por inundaciones sólo se cumplió en Villarcayo, que desde primera hora de la mañana de ayer volvía a ver cómo calles, parques y centros escolares se convertían en pequeños ríos y balsas de agua, provocando nuevos daños que hoy habrá que empezar a valorar. Sin embargo, el Nela no causó males mayores en otras localidades, como Trespaderne, y el Ebro se comportó a su paso por la provincia, tanto en Miranda de Ebro como en Frías.
Las noticias del desbordamiento del Nela en Villarcayo, y la activación del nivel 1 del Plan de Protección Civil de la Junta de Castilla y León ante el riesgo de inundaciones (ya desactivado), inquietaron a los vecinos de la zona norte. Y es que todos conservan grabadas en su memoria las imágenes de las avenidas de primeros de mes, las peores que se han vivido en Las Merindades y Miranda de Ebro, y pocos confiaban en que, en esta ocasión, la crecida “extraordinaria” que se preveía en el Ebro no se convirtiese, de nuevo, en histórica. Pero, finalmente, los cálculos no fallaron.
Miranda se salva
Las maniobras en los embalses han podido reducir la crecida en un 25 por ciento, aunque sigue siendo “extraordinaria”
En Miranda de Ebro, la avenida se quedó en un susto. Anegó las riberas y zonas próximas como La Arboleda o las calles Bilbao y Álava, entrando en algunos garajes, locales y lonjas, pero sin generar especiales complicaciones. El punto álgido de la crecida se vivió de madrugada, como ya habían avisado desde la Confederación. A las 4:00, el Ebro alcanzaba los 5 metros de altura y los 700 metros cúbicos por segundo de caudal, un buen nivel, pero alejado de los datos registrados el 31 de enero o el 1 de febrero, cuando el río superó los 1.413 metros cúbicos por segundo, con una altura de 6,95 metros.
En alerta durante toda la jornada, el Ebro rebasaba los caudales de la última avenida, de carácter ordinario, vivida los días 16 y 17 de febrero, y seguía subiendo hasta alcanzar el pico máximo de madrugada. A partir de ahí ha ido bajando, aunque en estos momentos, 10:00, conserva una altura de 4,69 metros y un caudal de 666 metros cúbicos por segundo. La tendencia es a la baja, según la Confederación Hidrográfica del Ebro. Precisamente las maniobras de desembalse en Cantabria, en el Sobrón y en Ullíbarri (Álava), para el Zadorra en este caso, han evitado males mayores, reduciendo hasta en un 25 por ciento la crecida.
Además, a diferencia de lo ocurrido a principios de mes, el Bayas y el Zadorra han estado más controlados, de tal modo que no han provocado el tapón del 31 de enero. El Zadorra se ha vigilado desde Álava y el Bayas alcanzaba ayer, sobre las 16:00, su pico máximo, con 3,91 metros de altura y un caudal de 183 metros cúbicos por segundo. Muy alejados estos datos de los del 31 de enero, cuando el Bayas superaba los 4,67 metros y los 171 metros cúbicos. Aún así, ambos ríos han provocado alguna inundación secundaria, como el Zadorra, cuyas aguas han llegado hasta la urbanización próxima en Miranda.